Especialistas en salud mental diferenciaron lo que conlleva tener depresión, de los sentimientos de tristeza y angustia, a raíz de los mensajes publicados en redes sociales por el cantante Alejandro Sanz, y la cantante y compositora argentina Karina Jésica Tejeda, conocida como “La Princesita”, quienes manifestaron en los últimos días atravesar cuadros depresivos.
“La depresión y la ansiedad son las enfermedades o los problemas de salud mental más frecuentes. Le puede pasar a cualquier persona, de hecho una de cada tres personas va a tener un problema de depresión o ansiedad a lo largo de su vida”, detalló Raquel Gabriel, médica psiquiatra integrante del Proyecto Suma, organización que asiste en la recuperación e inclusión en salud mental, a Canal 9.
Así, la especialista aludió a que “la depresión es un estado que se establece”, diferenciándola de la angustia, ya que “no es un día que estoy mal o una situación por la que me pongo triste”, sino que, “durante un tiempo largo estoy de mal humor, triste, irritable, tengo problemas para dormir, para alimentarme, no me concentro, me dejo de conectar con la gente, me deja de entusiasmar las cosas que me entusiasmaban o divertían, y uno deja de disfrutar de las cosas de la vida hasta el punto de perder sentido”, enumeró.
Si bien, Gabriel definió la depresión como una enfermedad, señaló que “no necesariamente tiene que cronificarse“, y que “se puede salir de diversas maneras”.
“Hay depresiones que requieren medicación y otras que con terapia la persona puede salir adelante.También el ejercicio, la meditación, el deporte ayuda; y una de las cuestiones preventivas más importantes es la socialización, estar con gente, con amigos”, esbozó.
“No estoy bien. No sé si esto sirve de algo, pero quiero decirlo. Estoy triste y cansado. Estoy trabajando para que se me pase… llegaré a los escenarios y algo dentro me dirá qué hacer. Pero a veces no quiero ni estar. Literalmente. Solo por ser sincero”, había indicado Sanz en su Twitter, en el marco de su gira.
Por su parte, “La Princesita” le brindó su apoyo y días más tarde, a través de un vídeo en su Instagram, manifestó: “Yo no la estoy pasando bien, pero lo comparto más que nada para que, a los que les pasan esas cosas, no se sientan tan raros, que hay gente que los comprende y que los entiende y que hay que ocuparse, nada más”.
Es por ello que la psiquiatra reconoció que el que distintas figuras públicas hablen de estos temas es “super importante”, ya que un problema grave en el ámbito de la salud mental es que la gente “tiene tanto miedo, vergüenza y prejuicio, que no consulta y de esa manera no puede pedir ayuda”.
“La salud mental está muy estigmatizada y hay muchas personas que dejan de ser ayudadas por no hablar”.Raquel Gabriel, psiquiatra
“La salud mental está muy estigmatizada y hay muchas personas que dejan de ser ayudadas por no hablar”, indicó.
Bajo la misma línea, Mario Kupferschmidt, psicólogo en consultorios externos del Hospital interzonal de salud mental José A. Esteves explicó a Télam que “la tristeza es un sentimiento normal que tiene que ver con alguna pérdida o algo que no resultó de la manera que nosotros esperábamos. Tiene mala fama en este momento social, donde la publicidad te dice que siempre tenés que estar contento. La tristeza puede transformarse luego en depresión, cuando yo no puedo elaborar ese duelo y entonces quedó atascado ahí”.
Así, Kupferschmidt ejemplificó que lo que era tristeza, porque me separé o porque falleció mi papá, “empieza a dejar de estar focalizado en eso, y comienzo a perder las ganas de vivir, no me quiero levantar, no me quiero bañar, no quiero ir al trabajo, no quiero tener vida social, me recluyo en mi casa y duermo más”, es decir, “la tristeza, si se prolonga en el tiempo y se disemina, se convierte en depresión”.
Ahora, “hay gente que también tiene como una tendencia depresiva, entonces ya como que cualquier episodio le produce una depresión,y eso ya sí necesita un tratamiento multidisciplinario“, detalló.
En el caso de la angustia, “tiene que ver con el miedo de que algo que va a pasar”, y nuevamente es importante abordarla desde tratamientos psicológicos y psiquiátricos en el caso de que sea “perturbadora”.