Un tribunal italiano absolvió este mes a un hombre acusado de abuso sexual porque “apenas manoseo por 10 segundos” a una joven de 17 años, un hecho que provocó indignación en parte de la sociedad de ese país, con una profusa historia feminista, donde este año se profundizaron las medidas estatales contra la violencia de género, en el marco de un gobierno de extrema derecha que conserva la legalidad del aborto, aunque hay dificultades para acceder al derecho, y promueve medidas anti LGBTIQ+ gubernamentales.
En la víspera del debut del seleccionado femenino de fútbol de la Argentina en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda, como Télam hizo en el proceso que consagró campeón mundial a Argentina en Qatar, la Copa femenina aparece como una oportunidad para conocer la situación de los países con los que juega la selección argentina desde una mirada enfocada en derechos e igualdad de género, rescatando referentes artísticas, del fútbol y militantes sociales.
La decisión de la justicia italiana de desestimar la petición de la fiscalía de una pena de prisión de tres años y medio para un vigilante de 66 años que admitió haber toqueteado a una alumna mientras subía las escaleras, por que “apenas duró 10 segundos” es un síntoma del necesario cambio cultural para prevenir las violencias de género.
Los maltratos y femicidios que contabilizan 8 mujeres asesinadas por mes en lo que va del año de acuerdo a un recuento oficial impulsó cambios en las políticas estatales.
En junio el consejo de ministros aprobó un proyecto de ley con una serie de medidas para la prevención de la violencia y asistencia a las sobrevivientes.
Eugenia Roccella, ministra de la Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades impulsó estas medidas “para interrumpir el ciclo de violencia” y “actuar con prontitud y eficacia” ante estos hechos, declaró la funcionaria a la prensa.
Italia, un país predominantemente católico, legalizó el aborto en 1978, pero alrededor de un 70% del personal médico invoca la objeción de conciencia para no practicarlo, cifra que en algunas regiones representan el 100% de profesionales, alertó Amnistía Internacional.
La Ley 194 establece dos supuestos de aborto: el voluntario, dentro de los primeros 90 días de gestación y por razones de salud, sociales, económicas o familiares y, más allá de ese periodo, el terapéutico, ligado a patologías en el feto o peligro para la madre.
No obstante, el artículo noveno de la ley prevé que los profesionales de la ginecología, enfermería y anestesistas puedan negarse a practicar un aborto, aunque el hospital debe garantizar el servicio.
La primera ministra, Giorgia Meloni, líder del partido ultraderechista Hermanos de Italia, adelantó que quiere volver a discutir el derecho al aborto, mientras movimientos como Non Una Di Meno (Ni Una Menos) piden que se garantice la práctica y se dejen de lado los obstáculos para acceder al sistema de salud.
También, el gobierno de Meloni comenzó con medidas que obstaculizan derechos LGBTIQ+.
Este año, la Fiscalía de la ciudad de Padua envió notas a 33 familias donde se les exige modificar las actas de nacimiento de hijas e hijos de madres lesbianas para eliminar las referencias a la madre no gestante.
El hecho ocurrió a la par de la decisión del gobierno central que ordenó a los ayuntamientos del país que dejaran de registrar a los hijos de parejas del mismo sexo.
En Italia no está reconocido el matrimonio igualitario, siendo uno de los pocos países de Europa Occidental que no garantiza este derecho.
La ley sólo contempla las uniones civiles.
Asimismo, la identidad de género es reconocida luego de “documentar tratamientos médicos y psicoterapéuticos” y abrir un procedimiento ordinario ante un juzgado, que tendrá la decisión final.
A la vez, el activismo feminista tiene una interesante y nutrida historia y presente.
El libro ‘La decisión’ (Seix Barral), de la escritora Viola Ardone que se publicó en marzo de este año -aún no se consigue en Argentina-, recupera parte de la historia feminista.
Se inspira en Franca Viola, nacida en un pueblo siciliano en 1948, que cuando tenía 17 años fue secuestrada y violada por un hombre que quería casarse con ella, pues así “reparaba” su honor, y la ley hablaba de “el matrimonio reparador”. Ella, con el acompañamiento de otras mujeres se rebeló, y la ley cambió.
Vale reconocer que en Argentina esa práctica se conocía como “avenimiento” y estaba contemplada en el artículo 132 del Código Penal y fue derogada por la Ley 26.738 recién el 21 de marzo de 2012, luego que Marcelo Tomaselli, violador y marido de Carla Figueroa gracias a la aplicación del avenimiento, la asesinara en diciembre de 2011 en La Pampa.
El impacto que generó en la sociedad ese femicidio anunciado y el reclamo de los movimientos de mujeres impulsó el cambió de la legislación.
En Italia esa unión de mujeres para cambiar el sistema antiderechos reconoce como uno de sus antecedentes a la Librería de las Mujeres de Milán, fundada en 1975, que emulando a las feministas de Estados Unidos, se convirtió en un lugar de transformación personal y colectiva, y que aún existe.
Otra referencia es la escritora Carla Lonzi (1931-1982), autora de Escupamos sobre Hegel y fundadora del colectivo Rivolta Femminile (Revuelta feminista).
Y la contemporánea escritora y activista Silvia Federici, que incorpora feminismo a la teoría marxista con la que se identifica, que ha dejado en claro y sustentado que “trabajadoras somos todas” en lo doméstico y por fuera de ese ámbito.
En el rubro del cine, Italia tiene en su historia a la reconocidísima y recientemente fallecida Lina Wertmüller, la primera mujer en ser candidateada al Oscar a Mejor dirección en 1976 por “Pascualino siete bellezas”, así como a Liliana Cavani, autora de la aclamada “Portero de noche” (1974).
Sin embargo, la industria no empezó a percibir el avance de las cineastas hasta hace dos años, cuando el estudio Cinecittà registró un salto del 2 al 13 por ciento de mujeres en la última década, con la prominencia de nombres como Alice Rohrwarcher, Susanna Nicchiarelli, Maura Delpero y Chiara Bellosi, entre otras.
Las cantantes más conocidas y recordadas son Mina (ícono del pop de los 60 y 70), Laura Pausini y Victoria De Angelis, muy famosa actualmente por ser miembro de la banda Maneskin.
En la cancha se destacan las italianas Cristiana Girelli y Arianna Caruso, dos de las mejores jugadoras del equipo con el que Argentina debuta en esta Copa Mundial.
*Este trabajo del equipo de Género y Diversidades de Télam es posible gracias al trabajo conjunto con Victoria Ojam, Agustina Ramos, Clara Olmos, Virginia Solana, Matilde Suarez y Nicolas Luna.