Un juez dictó este miércoles prisión preventiva de ocho días para el ex primer ministro de Pakistán Imran Khan en una causa por corrupción, al día siguiente de su inesperada detención, que desató violentas protestas en el país, con un saldo de al menos cuatro personas muertas.
Seguidores de su partido asaltaron e incendiaron un edificio que alberga a la emisora estatal Radio Pakistán en el noroeste del país asiático, dijeron autoridades, en medio de una ola de protestas que sus partidarios han dicho que seguirá hasta que sea liberado.
El político de 70 años, que enfrenta decenas de procesos judiciales, fue expulsado del poder el año pasado por una moción de censura, pero sigue siendo la figura opositora más popular del país.
Es el séptimo ex primer ministro arrestado en Pakistán, y su dramático arresto en un tribunal donde declaraba por otra causa profundizó la agitación política.
En la provincia oriental de Punjab, donde las autoridades dijeron que 157 policías resultaron heridos en enfrentamientos con partidarios de Khan, el gobierno local pidió al ejército que intervenga y restablezca el orden.
El canal de televisión GEO de Pakistán transmitió imágenes de Khan compareciendo ante un juez en un tribunal especial dentro de un recinto policial en Islamabad, la capital de Pakistán.
El ex primer ministro estaba sentado en una silla, sosteniendo documentos. Parecía tranquilo pero cansado.
Anteriormente, la Oficina Nacional de Responsabilidad, un organismo independiente, solicitó la detención de Khan por 14 días, pero el tribunal dictaminó que las autoridades podían mantenerlo preso ocho días más para seguir los interrogatorios.
Mientras tanto, el equipo legal de Khan impugnó su arresto ante el Tribunal Superior de Islamabad, en busca de su liberación.
En Peshawar, en el noroeste, partidarios de Khan irrumpieron en el edificio de Radio Pakistán, dañaron equipos y prendieron fuego, dijo el oficial de policía Naeem Khan, informó la agencia de noticias DPA.
Algunos de los empleados quedaron atrapados adentro, dijo, y la policía estaba tratando de restaurar el orden.
El partido Partido Paquistaní por la Justicia (PTI) pidió continuar con las protestas peo que fueran pacíficas, horas después de que una multitud enojada por su arresto incendiara la residencia de un general del Ejército en la ciudad oriental de Lahore.
Cuando fue arrestado, Khan comparecía este martes ante un tribunal por múltiples cargos de corrupción presentados por la policía de Islamabad.
Al presentarse ante el tribunal, decenas de agentes de la Oficina Nacional de Responsabilidad respaldados por tropas paramilitares irrumpieron en la sala del tribunal rompiendo las ventanas luego de que los guardias de Khan se negaran a abrir la puerta.
Luego, partidarios de Khan atacaron el cuartel general del ejército en la ciudad de Rawalpindi, cerca de la capital, Islamabad, pero no llegaron al edificio principal que alberga las oficinas del jefe del ejército, el general Asim Munir.
Otros manifestantes intentaron llegar a la residencia del primer ministro en Lahore, pero la policía los ahuyentó a bastonazos.
Otros atacaron vehículos que transportaban tropas y golpearon a soldados armados con palos. Hasta el momento, la policía y los soldados no han disparado contra los manifestantes.
El Ejército aún no se pronunció sobre los ataques a sus instalaciones.
Ninguno de los líderes del partido de Khan denunció los ataques a los militares.
Un comunicado de la Policía dijo este miércoles que 945 partidarios de Khan fueron detenidos en la provincia de Punjab. Docenas de seguidores de Khan también fueron detenidos en Islamabad, Karachi, Peshawar y otros lugares.
El arresto se produjo tras meses de crisis política y después de que el exgobernante acusara a los militares, de gran poder en el país, de haber participado en un complot para asesinarlo.
El Gobierno dijo que la detención de Khan se hizo de conformidad con la ley.
Repercusión internacional
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y la ONU reaccionaron pidiendo que se respete la ley.
“Queremos estar seguros de que cualquier cosa que pase en Pakistán se ajusta al estado de Derecho y a la Constitución”, indicó Blinken durante una rueda de prensa, mensaje del que se hizo eco el secretario general de la ONU, António Guterres.
“Nos preocupa que las figuras políticas en Pakistán sean tratadas justamente y, por supuesto, que se siga un proceso judicial justo, así que monitorizaremos el proceso para asegurarnos de que nuestras inquietudes se tengan en cuenta”, expresó Guterres.