El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, juró este sábado ante el Parlamento en Ankara para iniciar su tercer mandato, que extenderá los 20 años que ya lleva en el poder.
El jefe de Estado, de 69 años y reelegido el 28 de mayo pasado en un balotaje con el 52% de los votos, juró para un nuevo mandato de cinco años y prometió “asumir su deber con imparcialidad” ante los 600 diputados electos en la primera vuelta del 14 de mayo, en una ceremonia retransmitida en directo por los canales de televisión turcos.
A continuación, visitó el mausoleo del fundador de la República, Mustafa Kemal Atatürk, para después trasladarse al palacio presidencial para unas ceremonias protocolarias que terminarán con una cena de gala, tras la cual anunciará la composición de su gobierno.
“Como presidente, juro proteger la existencia y la independencia del Estado, la integridad de la patria, la soberanía incondicional de la nación, el Estado de derecho (y) el principio de una república laica”, tal y como la concibió Atatürk, el “padre de los turcos”, declaró el presidente, que en su gestión avanzó con un enfoque islamista, la mayor religión en un país laico, un estilo conservador y una práctica autocrática.
Por la noche, se anunciará la lista de ministros que formarán el Ejecutivo, lo que ofrecerá una pista de las orientaciones elegidas por el jefe de Estado para impulsar la economía en crisis del país.
El nombre de un reconocido experto y exempleado en la firma estadounidense Merrill Lynch, Mehmet Simsek, circula desde hace varios días para esta tarea.
Exministro de finanzas (2009-2015) y después viceprimer ministro encargado de Economía (hasta 2018), este economista de 56 años debería aportar ortodoxia financiera para recuperar la confianza de los inversores.
Entre los principales temas de agenda para el gobierno figura frenar la devaluación constante de la lira turca, mitigar el aumento de los precios (la inflación anual superó el 85% en octubre, la más alta en un cuarto de siglo) y dar una respuesta sobre los muertos y desplazados por el terremoto que el 6 de febrero pasado dejó más de 50.000 fallecidos y un número desconocido de desaparecidos.
La ceremonia de investidura de Erdogan contó con la presencia de unos 20 jefes de Estado y del secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, indicó la prensa oficial citada por la agencia de noticias AFP.
Turquía forma parte de los 31 miembros de la alianza militar liderada por Estados Unidos y mantiene su veto a la adhesión de Suecia, argumentando que ofrece refugio a activistas kurdos que Ankara considera “terroristas”.
Entre la multitud de aliados que viajaron a Ankara están el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y los primeros ministros de Hungría, Viktor Orbán (también reacio a la adhesión de Suecia a la OTAN) y de Qatar, Mohammed bin Abderrahman al Thani, que fueron de los primeros en felicitar a Erdogan tras su elección.
También estaba anunciada la presencia del primer ministro de Armenia, Nikol Pashinian, lo que marcaría un acercamiento, pese a que Turquía nunca reconoció el genocidio armenio cometido por el Imperio Otomano.
Armenia y Turquía nunca establecieron oficialmente relaciones diplomáticas y su frontera común está cerrada desde los años 1990, pero a principios de 2022 se dieron los primeros pasos hacia un acercamiento, a pesar del apoyo de los turcos a Azerbaiyán en la disputa territorial de la región de Nagorno Karabaj, que opone a Armenia y su vecino.
Erdogan obtuvo el 52,18% de los votos en la segunda vuelta de los comicios. Su opositor, el candidato socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, recibió el 47,82% de los sufragios, según los resultados oficiales publicados el jueves pasado.
Su Parlamento, elegido el 14 de mayo coincidiendo con la primera vuelta de las presidenciales, quedó constituido el viernes en Ankara.
El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP por sus siglas en turco) del presidente Erdogan y sus aliados tienen la mayoría de los 600 escaños.