El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, prometió este martes continuar apoyando la causa palestina de formar un Estado propio y criticó la ocupación ilegal de Israel en Cisjordania.
Erdogan subrayó que la cuasa de los palestinos para formar su propio Estado no está recibiendo la atención que merece y destacó la importancia del compromiso de la comunidad internacional, en particular de la ONU, en el asunto.
“Establecer un Estado palestino independiente con Jerusalén Este como su capital dentro de las fronteras de 1967 basado en los parámetros de la ONU es esencial para la paz y la estabilidad de toda nuestra región”, enfatizó.
La mención de Erdogan a los colonos se produjo además en un creciente contexto de expansión de los asentamientos israelíes desde la llegada del nuevo gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu.
Netanyahu, cuya coalición está conformada por líderes colonos, presenta cifras “récord” de construcción y reconocimiento de viviendas en Cisjordania ocupada, ya que, según la ONG israelí Peace Now, en menos de seis meses de 2023 se adelantaron planes para más de 13.000 casas frente a las más de 4.000 del año anterior.
Erdogan y Abbas, sostuvieron conversaciones en el complejo presidencial para discutir las relaciones bilaterales, el problema palestino-israelí y otros desarrollos regionales e internacionales, informó la agencia turca de noticias Anadolu.
“No podemos tolerar ningún acto que intente cambiar el statu quo histórico de los lugares sagrados, en particular la mezquita de al-Aqsa; la unidad y la reconciliación de los palestinos son elementos clave en este proceso”, agregó.
Ergogan se refirió así al statu quo vigente desde 1967 -cuando Israel ocupó tras la guerra de los Seis Días la parte este de Jerusalén-, según el cual la explanada de la mezquita de al-Aqsa está reservada exclusivamente al culto de musulmanes, mientras los judíos solo pueden entrar como visitantes, ya que las leyes judías prohíben a sus fieles orar en el lugar más sagrado para ellos, algo reservado solo a algunos rabinos.
La explanada, llamada Al-Haram al-Sharif (Noble Santuario) por los musulmanes, es el tercer lugar santo del islam, después de la Gran Mezquita de La Meca, y la Mezquita del Profeta de Medina, en Arabia Saudita.
El lugar, también denominado Monte del Templo por las otras religiones monoteístas, es el más sagrado para el judaísmo.
En 1967, durante la Guerra de los Seis Días Israel ocupó, entre otros, los territorios de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, los cuales, según la ley internacional, pertenecen a los palestinos, quienes reclaman que las futuras fronteras entre ambos Estados soberanos se tracen acorde con las líneas previas a esa guerra y admiten un intercambio de territorios, con la esperanza de crear su Estado en Cisjordania y la Franja de Gaza con la capital en Jerusalén Este.
Israel se niega a restablecer las fronteras de 1967 y menos aun compartir con los árabes Jerusalén, que proclamó su capital “eterna e indivisible”.
La Explanada de las Mezquitas está administrada por Jordania, pero su acceso está controlado por las fuerzas de seguridad israelíes, y desde el año pasado es un escenario creciente de enfrentamientos.
Los palestinos denuncian que israelíes asisten al predio para rezar y violan así el statu quo.
Se esperaba que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, visitara Turquía este viernes, pero el viaje se pospuso después de que se sometiera a una cirugía cardíaca no programada durante el fin de semana.
Ankara reiteró que apoya una solución de dos Estados para el conflicto entre Israel y Palestina.
La visita de Abbas a Turquía se produjo en un momento en que se cuestiona el control de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que él lidera sobre Cisjordania ocupada.
El presidente de 87 años fue objeto de críticas por parte de los residentes de un campo de refugiados de Jenin a principios de este mes, cuando Abbas fue a inspeccionar los daños de una ofensiva israelí en la ciudad, así como por parte de grupos palestinos más radicales, como Hamas, los islamistas que controlan la Franja de Gaza.
Las críticas contra el mandatario apuntan contra la falta de resultados frente a un avance cada vez más creciente de Israel en los territorios palestinos.
Al menos 200 palestinos han muerto por fuego israelí este año, incluidos 34 niños, una tasa de casi una muerte por día, lo que convierte a 2023 en uno de los más sangrientos en Cisjordania ocupada en años.