España asumió este sábado la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea (UE), desde donde buscará ratificar el apoyo a Ucrania y acercar al bloque con Latinoamérica, aunque el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, tiene también la cabeza en las elecciones del 23 de julio que podrían provocar un cambio en el Ejecutivo.
El país que ostenta la Presidencia del Consejo del bloque (rotativa cada seis meses) no tiene más voz que sus socios, pero sí le corresponde durante su semestre dar impulso político a los grandes temas de debate.
El tópico principal seguirá siendo el respaldo a Kiev frente a la invasión rusa, algo que quedó escenificado con la visita hoy de Sánchez a la capital, que incluyó un discurso en el Parlamento y un encuentro con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
En una conferencia de prensa conjunta entre ambos líderes tras la reunión, Sánchez explicitó que desde su nuevo rol garantiza el “compromiso político claro e inequívoco” de las instituciones comunitarias para que Ucrania se convierta en Estado miembro, consignó la agencia de noticias Europa Press.
El presidente español indicó que tiene que “guardar cierta neutralidad al respecto”, pero precisó que las informaciones que emitió la Comisión Europea (CE) es de “reconocimiento a las reformas” que está haciendo el Gobierno de Zelenski:
Ucrania recibió el estatus de candidato a la UE hace un año y espera comenzar las negociaciones formales este año sobre los pasos a seguir.
Apoyo del bloque a Ucrania
Sánchez también respaldó crear un Consejo OTAN-Ucrania para potenciar la participación de Kiev, algo que podrá ser debatido a finales de este mes en una cumbre de la alianza militar en Vilna, la capital de Lituania.
El líder socialista expresó este sábado que la presidencia rotativa de España significa una “buena oportunidad” para que Zelenski hable “personalmente” con jefes y jefas de Gobierno de América Latina y el Caribe que “pueden tener dudas” sobre cómo pararse ante la guerra, aunque destacó que la región apoyó mayoritariamente las resoluciones en la ONU de “condena a la agresión rusa”.
Manifestó que existen países con dudas sobre un apoyo a Ucrania frente a Rusia, pero “no tanto por lo que está haciendo (el presidente ruso, Vladimir) Putin” porque eso “claramente es absolutamente injustificable”.
“Quizá tengan algunas relaciones históricas y tradicionales con Rusia”, apunto al respecto, para incidir en que lo “evidente” es que “nadie está de acuerdo con esta vulneración de la soberanía nacional, de la integridad territorial de Ucrania y en consecuencia con la pulsión imperialista que Putin está demostrando”.
Es que “el acercamiento” con Latinoamérica será otro de los puntos importantes de la presidencia de España, que conoce la región mejor que cualquier otro país europeo por sus vínculos históricos, idiomáticos, políticos, económicos y culturales.
Sánchez ya se comprometió a promover un “mayor acercamiento” y “revitalizar la alianza” entre Europa y América Latina desde el liderazgo del bloque comunitario.
“Queremos que Europa reafirme su mirada amplia y estratégica hacia América Latina y el Caribe, buscando revitalizar una alianza fundamental entre ambas regiones, y también hacia la vecindad sur, a la que se debe prestar mayor atención”, subrayó en su momento.
Mercosur y Celac
En líneas concretas, hay dos cuestiones que marcarán el nexo entre las regiones: las negociaciones por el postergado acuerdo UE-Mercosur y el encuentro de jefes y jefas de Gobierno del bloque europeo con los de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que se celebrará el 17 y 18 de julio en Bruselas.
En esa cumbre, los europeos buscarán la firma de un memorándum de entendimiento sobre temas energéticos, según dijeron fuentes del bloque a Télam.
La guerra en Ucrania, que hizo que los europeos redujeran la importación de petróleo y gas ruso, así como los nuevos lineamientos ambientales, que apuntan a la transición energética, llevaron a que la UE buscara un socio en América Latina, donde se ubica además el llamado Triángulo del litio, conformado por la Argentina, Bolivia y Chile, y que cuenta con casi el 65% de las reservas mundiales.
Pero Bruselas no sólo quiere tener acceso a la materia prima, sino apoyar el desarrollo de las cadenas de valor e impulsar en ese sentido la participación de empresas europeas. El objetivo es, a la vez, depender menos de China como proveedor de baterías de litio, que podrían producirse en la Argentina, por ejemplo,
Y, por otra parte, la UE ve “con preocupación” el acercamiento de Beijing a América Latina, tanto en lo comercial, que permitió que el gigante asiático se convirtiera en el segundo socio de la región, como en relación con el modelo de producción adoptado por empresas chinas, según apuntaron fuentes del bloque.
En ese contexto, también quiere finalizar antes de fin de año el acuerdo de libre comercio alcanzado en principio en 2019 con el Mercosur después de dos décadas de negociaciones, frenado principalmente por nuevas exigencias medioambientales por parte de los europeos.
Sánchez mostró su deseo de dar “pasos sustantivos” hacia la ratificación del acuerdo comercial con Mercosur, que Madrid apoya decididamente, pero que genera resistencias en países como Francia.
Pero la voluntad del actual líder solamente podrá ser puesta en marcha si su fuerza, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), logra una mayoría para mantenerse en el Gobierno en las elecciones legislativas del 23 de julio, convocadas de forma anticipada tras la derrota de la izquierda en comicios municipales y regionales.
Las dificultades podrían aumentar si el Partido Popular (PP), de derecha y principal agrupación opositora, se impone pero necesita para gobernar el apoyo de Vox, de extrema derecha, tal como vaticinan las encuestas.
Esta formación ultraconservadora y ultranacionalista, muy cercana al primer ministro húngaro, Viktor Orban, y al partido nacionalista populista en el poder en Polonia, mostró desde las municipales y regionales que está cobrando caro su apoyo, lo que puede traducirse también en la visión que tengan para liderar la UE.