Especialistas en descarbonización aseguraron este miércoles que el sector agropecuario de Argentina, que representa casi un 40% de los gases de efecto invernadero (GEI) en el país, es el que tiene mayor potencial para reducir las emisiones y llamaron a aprovechar del biogás producido por los residuos urbanos como fuente energética, en la segunda jornada del “Argentina Carbon Forum” realizada en la Bolsa de Comercio.
En la charla “El camino de la descarbonización: el potencial de reducciones de emisiones en la Argentina: eficiencia energética, residuos, agricultura, renovables, transporte”, responsables de distintas compañías disertaron sobre cómo reducir la emisión de los GEI, teniendo en cuenta que según el último inventario del Ministerio de Ambiente el 50,7% son producidos por la generación de energía; el 39,1% por la ganadería, agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra; el 5,7% por procesos industriales y uso de productos, y el 4,5% por residuos.
“Argentina es un país enorme con un alto nivel de productividad, y en el mundo tiene hoy un nivel medio de emisiones. Dentro de todos los sectores de la economía, el que tiene mayor potencial para proyectos de descarbonización es el agro y el forestal”, dijo en su disertación Federico Moyano, director de ProSustentia, y llamó a aplicar “soluciones basadas en la naturaleza”, en la agricultura y ganadería nacional.
Moyano explicó que “para ser carbono neutral en 2050 no alcanza con reducir emisiones, hay que remover el carbono de la atmósfera”, por lo que el desarrollo y cuidado de los ecosistemas sumideros de carbono “es una solución”.
“Podemos llegar a aproximadamente entre 900 y 1.000 millones de toneladas de CO2 que podrían llegar a ser capturadas en los próximos 20 años si es que un 10% del área agropecuaria fuera aprovechada para desarrollar proyectos de carbono”, aseveró.
Sebastián Vangeli, de la compañía Ecosecurities, comentó que “hay mucha curiosidad del sector agropecuario por el tema del cambio climático”.
“Hay mucho por hacer en ganadería y vemos un potencial grande para mejorar y capturar mucho carbono a partir de la mejora de las prácticas de manejo“, aseguró, y agregó que estos proyectos pueden vender sus créditos de carbono para obtener réditos económicos.
Además de las innovaciones en el sector agropecuario, los especialistas llamaron a realizar mejoras en el tratamiento de los residuos para aprovechar el biogás que produce su descomposición como fuente de energía.
Marcelo Rosso, de la Asociación para el Estudio de los Residuos Sólidos, informó que “lo que se propicia hoy por hoy a nivel internacional es llevar adelante la recolección diferenciada en origen de la materia orgánica putrescible para poder llevar adelante proyectos de digestión anaeróbica y en eso nuestro país como todos tiene un enorme potencial”, aunque reconoció que “en Argentina la separación de residuos en origen es bastante limitada”.
“El Ceamse trata entre 17 y 21 mil toneladas diarias de residuos, de los cuales entre 5 y 6 mil toneladas serían de materia orgánica putrescible fácilmente degradable. Si lleváramos adelante este tipo de proyectos, estaríamos con un potencial de generación de unos 930 a 1.100 gigawatts al año aproximadamente, con una reducción más que significativa de emisiones de gases de efecto invernadero”, aseguró.
En ese sentido, Rosso aclaró que las 1.7 millones de toneladas de estiércol por año que produce la ganadería “podrían generar una cantidad de metros cúbicos de biogas que puede rondar, aproximadamente, los 800 millones de metros cúbicos al año, lo cual también es un gran potencial que permitiría dar energía aproximadamente a 2 millones de hogares”.
Pablo Kohan, fundador de Emisiones Neutras y especialista en plantas de biometano y biogas, aseguró que el montaje de estos lugares “es mucho más simple de lo que todos creemos”.
“Existen ya todas las tecnologías para la generación de insumos renovables que ayuden a las empresas a descarbonizarse a partir de los mismos residuos que todos generamos y, así, poder tener una economía circular perfecta”, aseveró Kohan, quien reconoció -además- que “lo de basura cero es una utopía porque vivimos en una sociedad de consumo”.
“El trabajo más duro de todo es hacer entender a los empresarios que no podemos seguir pensando solamente en la economía. Si el resultado económico tiene que estar por delante porque sí, nunca lo vamos a lograr”, concluyó.