“Un compañero más” que aporta un punto de vista o un “maestro particular” con quien sacarse las dudas, fueron algunas de las definiciones que dieron estudiantes de distintos niveles educativos al ser consultados sobre cómo utilizan el ChatGPT y otras inteligencias artificiales (IA) y los debates que surgen en las aulas a partir de su reciente irrupción.
“Está bueno usar el ChatGPT como una nueva fuente de información, como un compañero más para desarrollar, optimizar. No podemos tomarnos unos mates con el chat, pero podemos utilizar su punto de vista, tiene una mirada bastante imparcial”, dijo a Télam el estudiante de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Mateo Amaya.
El joven de 19 años comenzó a utilizar el chat por iniciativa de un compañero para un trabajo práctico de la materia Teorías del Estado. Consultaron con el profesor, quien les dijo que podían utilizarlo, pero con luna advertencia: “No copien y peguen la respuesta que les arroja la IA y comparen fuentes y detallen en el trabajo si la utilizaron”.
“El ChatGPT me sirve para unir conceptos. Para Teoría del Estado le pedimos ‘necesitamos un concepto de democracia que a su vez tome como referencia la monarquía y el parlamentarismo’ y nos tiró una respuesta de cuatro párrafos, de los que elegimos entre todos uno solo, el que más nos servía”, contó Mateo sobre su vínculo con la IA en su carrera.
Y añadió: “Hay que tratar de darle la mayor cantidad de referencias posibles para que haya más probabilidades de que te dé una respuesta utilizable”, aunque sostuvo: “a veces tira ‘sarasa'”.
El impacto de ChatGPT en la educación superior fue “inmediato y divisivo“, advirtieron desde Unesco en la Guía de inicio rápido ‘ChatGPT e Inteligencia Artificial en la educación superior’, publicada en abril pasado, y agregaron que “aunque sus aplicaciones son amplias, muchas universidades ya lo prohibieron por temor al plagio de las y los estudiantes”.
Para Amaya, “el uso de ChatGPT no es una trampa si en el ambiente educativo ponen la condición de que no sea copiar y pegar” y “puede ser una herramienta que nos exija más como estudiantes”.
Además, opinó que la IA “va a quedar naturalizada como pasó con Wikipedia, que costó adaptarse y aceptarlo, pero lo hicimos”.
Otra estudiante de la misma universidad, pero de la carrera de Diseño Gráfico, Aldana Pájaro (26), aportó en diálogo con Télam: “Está bueno que los estudiantes usemos la IA, pero no que ella nos use a nosotros”.
La joven, a quien le faltan cinco materias para terminar la carrera, comenzó a incorporar ChatGPT y Generative Fill de Photoshop beta hace poco como “herramientas” que le dan insumos para resolver trabajos prácticos.
“Estaba media reacia a usar la IA, pero me sorprende lo que genera en imágenes y me ahorra horas de trabajo”, contó.
Generative Fill le permite generar imágenes desde cero, agregar elementos o bien extender una imagen completando el ambiente, algo que ella modifica para presentar trabajos sumando siempre su impronta personal. También utiliza ChatGPT porque le aporta “ideas que no tenía”.
“‘Dame una idea de imagen retórica sobre la Carpa Blanca'”, le pidió a la IA para un trabajo que requería armar un afiche sobre educación, y el chat le arrojó que incluya una carpa blanca en el centro y que alrededor haya lápices, como si fueran personas.
Sin embargo, la idea no la convenció y modificó la pregunta para indagar más: “Después elijo si la uso o no”, ejemplificó.
En cuanto a la posibilidad de “plagio”, la estudiante contó que los docentes les piden que “no lleven trabajos finales hechos con IA” y que “se dan cuenta si algo se hizo con IA, sobre todo si se usa tipografía o personas”.
La estudiante de Locución Amparo López (18) contó a Télam que usó ChatGPT “solo dos veces”, pero no quiere abusar de estas herramientas que por el momento le producen “miedo” porque conoce “muy poco” sobre ellas.
“Además de la búsqueda que tengo que hacer todas las semanas de noticias, le dije al ChatGPT ‘sos un redactor de informativos en una radio y necesito que me digas las noticias más importantes’, y me las dio redactadas en ese formato -aunque la información disponible del chat llega hasta 2021-. También te habla en distintos vocabularios. Le indiqué ‘sos un operador que me va a explicar cómo es la salida de un micrófono en la salida de tal tipo’ y me lo explicó”.
Sobre el uso de la IA en su carrera, reflexionó: “Si la IA me dice qué es lo que tengo que opinar, pensar, buscar o encontrar, se pierde lo propio, ese margen de decisión sobre qué quiero decir”.
El ChatGPT “es muy accesible, le pedís una frase y te da un párrafo entero y puede pasar que alguien diga ‘listo, no pienso más y vuelco esto’. Lo hablé con compañeros y la mitad no tenía idea de qué era el chat y la otra mitad, que lo conocía, se tiraba a vagoneta”, señaló.
No obstante, sobre la posibilidad de plagio, Amparo opinó que “no se puede culpar al alumno, la culpa es de la gente que lo lanzó sin instrucción alguna”.
“Hay que buscar maneras de instruirnos para ‘domar al monstruo’ y centralizar toda esta información”, porque “es un recurso enorme que serviría un montón si hubiera un área dentro de las instituciones que pudiera ayudar a utilizarlo de forma correcta. Aunque si todavía estamos reclamando que se aplique la Educación Sexual Integral (ESI) después de 16 años, esto es casi imposible con la inmediatez con la que las cosas avanzan”, reflexionó.
Por último, el estudiante de quinto año de la escuela media “Oscar Aníbal Flores” de la localidad bonaerense de Tortuguitas Ezequiel Andrada (17) dijo que utiliza “mucho” el ChatGPT para “resolver todo tipo de duda de cualquier materia”.
“En otras generaciones había que ir a la biblioteca o hablar con un profesor particular, pero hoy lo tenemos al alcance de nuestra mano”, valoró y detalló: “Lo uso en materias como Proyecto organizacional y Literatura, cuando estoy perdido con algún punto, si necesito aclarar alguna duda de manera rápida y eficiente, para tener otro punto de vista o recibir una explicación”.
El adolescente descubrió el chat por sus propios medios en internet y profundizó viendo foros y videos “para saber cómo usarlo como una herramienta más de estudio”.
Para usarlo, recomendó dirigirse al chat con “palabras puntuales” que, en informática, se llaman ‘prompts’, tales como; ‘quiero que me resumas, redactes, expliques’ e indicó que “si la pregunta se redacta de forma correcta, la información va a ser más precisa”.
No obstante, aclaró que no suele confiar al 100% en los datos que arroja la IA y que busca información previa antes de conversar con el chat.