Francisco llegó a Marsella y denunció que la situación en Lampedusa es "una crueldad"

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El papa Francisco reclamó este viernes que las personas que naufragan en el Mar Mediterráneo sean salvadas como un “deber de humanidad y civilización”, al homenajear a migrantes muertos en altamar, durante el primero de los dos días de la visita que inició a la ciudad portuaria francesa de Marsella.

“Deben ser socorridas las personas que, al ser abandonadas sobre las olas, corren el riesgo de ahogarse. Es un deber de humanidad, es un deber de civilización”, planteó el Pontífice, en lo que fue leído como un fuerte apoyo a las organizaciones no gubernamentales como OpenArms o Mediterránea SOS que se dedican a salvar a los sobrevivientes de los naufragios en las aguas del Mare Nostrum, el nombre dado por los romanos al mar que baña costas de Europa, África y Asia.

“No podemos resignarnos a ver seres humanos tratados como mercancía de cambio, aprisionados y torturados de manera atroz; no podemos seguir presenciando los dramas de los naufragios, provocados por contrabandos repugnantes y por el fanatismo de la indiferencia”, profundizó luego el Papa en la segunda ciudad de Francia rodeado por líderes de distintas religiones.

“No podemos resignarnos a ver seres humanos tratados como mercancía de cambio, aprisionados y torturados de manera atroz; no podemos seguir presenciando los dramas de los naufragios”papa Francisco

“Abramos las puertas de las iglesias y las casas parroquiales, pero sobre todo las del corazón, para mostrar el rostro de Nuestro Señor a través de nuestra mansedumbre, amabilidad y hospitalidad”, planteó el pontífice al encabezar una oración con el clero diocesano en la Basílica Notre Dame de la Garde.

“Que cualquiera que se les acerque no encuentre distancias y juicios, sino el testimonio de una humilde alegría, más fructífera que cualquier capacidad ostentosa”, agregó el pontífice de cara a los sacerdotes locales en una ciudad a la que definió antes de llegar como una “ventana” al Mediterráneo.

En su mensaje a los religiosos, Francisco deseó además “que los heridos de la vida encuentren un puerto seguro en su mirada, un aliento en su abrazo, una caricia en sus manos, capaces de enjugar lágrimas”.

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En los últimos años, los países de primera línea mediterráneos como Grecia e Italia reclaman que haya una respuesta europea común para la distribución de las personas que llegan a las costas del continente.

En Italia, la gestión en 2018-2020 del entonces ministro del Interior, el ultranacionalista Matteo Salvini, encabezó una persecución a las ONG que rescataban personas en altamar y promovió una política de “puertos cerrados”, opuesta al reclamo del Papa.

Un símbolo de las personas ahogadas

El memorial desde el que habló Francisco, dedicado a “los héroes y las víctimas del mar”, fue construido en 1913 como un recuerdo a los marineros muertos en el Mediterráneo, pero a la luz de la explosión de las olas migratorias fue convertido en un símbolo de las personas ahogadas en los últimos años en búsqueda de llegar a Europa.

La situación en Lampedusa es “una crueldad”

Durante el vuelo a Marsella, el papa Francisco recordó a los latinoamericanos que buscan emigrar a Estados Unidos y calificó como “una crueldad” la situación actual en la isla de Lampedusa a causa de la sobrepoblación migratoria.

“Espero tener la valentía de decir todo lo que quiero”, dijo el pontífice a los periodistas que lo acompañaron en el vuelo desde Roma. “Creo que sí”, sostuvo cuando fue consultado si creía que el viaje de este fin de semana hará historia como el que hizo en 2013 a Lampedusa, la isla ya entonces símbolo de la migración.

En ese marco, el Papa calificó como “una crueldad, una terrible falta de humanidad” la situación en Lampedusa, donde se han aglomerado miles de migrantes llegados en las últimas semanas que no encuentran sitio en otros países de Europa.

Por la gravedad de la situación, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, visitó la isla la semana pasada y prometió una “respuesta común” del bloque regional, como pide el Gobierno italiano con apoyo del Papa.

Durante el diálogo con los medios que volaron en el avión de Ita, el Papa volvió a denunciar que los migrantes muchas veces son “detenidos en los campos de concertación de Libia y luego tirados al mar”, al evidenciar la situación en uno de los países del que salen más personas hacia Europa.

“Deben ser socorridas las personas que, al ser abandonadas sobre las olas, corren el riesgo de ahogarse. Es un deber de humanidad, es un deber de civilización”papa Francisco

Además, Francisco se refirió a los migrantes latinoamericanos que buscan cruzar a Estados Unidos y resaltó la figura del obispo de El Paso, Mark Seitz, a quien calificó como “un genio” por su tarea.

“Me acuerdo una misa que hice en una frontera de un país latinoamericano en donde había tantos zapatos de personas que los habían perdido buscando cruzar”, planteó el Papa, en una posible referencia a una celebración en Ciudad Juárez, frente a Estados Unidos, en 2016.

Los detalles de la visita a Marsella

En medio de los cruces entre Italia y otros países por las cuotas de personas acogidas, Jorge Bergoglio pedirá a los países de Europa que tengan una “responsabilidad común” frente a la llegada de migrantes por la vía del Mediterráneo. Además, en su viaje 44 fuera de Italia como Papa, mantendrá un encuentro el sábado con el presidente francés, Emmanuel Macron.

“Es necesario que Europa encuentre cuanto antes un consenso sobre el Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo. Todos los países europeos deben asumir juntos la responsabilidad de la situación en el Mediterráneo”, planteó antes del viaje el “número dos” del Vaticano, el secretario de Estado Pietro Parolin, al dar las principales líneas de la visita.

El Papa ha considerado este viaje como “una visita a Marsella y no a Francia”, similar al viaje que hizo a Estrasburgo en 2014 para hablar en el Parlamento Europeo.

Francisco, que en julio de 2013 hizo su primer viaje fuera de Roma como Papa a la isla italiana de Lampesuda para visibilizar a la cuestión migratoria a los cuatro meses de haber sido elegido, buscará volver llamar la atención de toda Europa para que se adopten medidas unificadas y comunes frente al salvataje de personas en el Mediterráneo y de su acogida en el continente.

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El año pasado, el pontífice había reclamado que Europa “no deje solos” a los cuatro países que reciben más personas, Italia, España, Grecia y Chipre y que se cumplan las cuotas de reparto de migrantes. El pedido de Francisco es compartido especialmente por Italia, que denuncia que países del norte cierran sus fronteras y la obligan a gestionar a todas las personas llegadas por el Mediterráneo, especialmente en el caso de Francia en la zona de Ventimigila y Austria en la región alpina del Brennero.

Esta semana, el sitio de noticias oficiales del Vaticano pareció respaldar la postura de Italia al publicar que “Continúan los desembarcos en Lampedusa. Francia bloquea las fronteras” en un artículo en el que lamenta que “el Ministro del Interior de París, Gérald Darmanin, hizo saber que Francia no tiene intención de acoger a nuevos inmigrantes procedentes de Lampedusa”, la isla símbolo de la migración.

Si bien este fin de semana Francisco no irá a la capital París, sí se reunirá con el presidente francés Emmanuel Macron en Marsella, con el que tendrá un encuentro privado el sábado, la cuarta reunión bilateral desde la asunción del mandatario en 2017.

Encuentros Mediterráneos

El sábado, antes de la reunión con Macron, Francisco dará el discurso más fuerte de los cuatro previstos cuando hable en los “Encuentros Mediterráneos” frente a un público compuesto por representantes católicos y de otros credos.

Antes de viajar, el Papa calificó a los “Encuentros Mediterráneos” de los que participará el sábado en Marsella junto a obispos de toda la región como “una hermosa iniciativa que se desarrolla en importantes ciudades mediterráneas, reuniendo a líderes eclesiales y civiles para promover caminos de paz, colaboración e integración en torno al mare nostrum, con especial atención al fenómeno migratorio”.

Otro de los temas que formarán parte de los discursos papales será el medio ambiente, planteó el vocero papal Matteo Bruni, en el marco de la próxima publicación el 4 de octubre de una nueva exhortación apostólica de Francisco sobre el tema, luego de la encíclica de 2015 ‘Laudato si’.

Jorge Bergoglio, de 86 años, regresará a Roma el sábado, luego de despedirse de Marsella con una misa en el Velódromo local, en la que se espera también la presencia de Macron pese a las críticas que recibió el presidente francés de sectores que consideran que su presencia no corresponde con el espíritu laico del país.


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