El joven acusado de agredir a un árbitro en un torneo de fútbol amateur en la localidad bonaerense de Sarandí, partido de Avellaneda, fue hallado el lunes muerto de un disparo luego de que se lo imputara por la tentativa de homicidio, y los investigadores apuntan a un suicidio pese a que aún no se halló el arma, informaron fuentes policiales y judiciales.
Se trata de Williams Alexander Tapon (24), quien fue acusado del delito de “homicidio agravado por alevosía en grado de tentativa en el contexto de un espectáculo deportivo” -un delito que prevé de 10 a 15 años de prisión-, en perjuicio del árbitro Cristian Ariel Paniagua (36), quien fue agredido a trompadas cuando dirigía el último sábado un partido de fútbol de un torneo amateur en el complejo deportivo “Estación 98”, ubicado sobre la avenida Mitre al 3900 en esa localidad del partido de Avellaneda, al sur del conurbano bonaerense.
“Prefiero que sufran todo de una a que me vean sufriendo todos los días en la cárcel”Audio de Tapon difundido por su mujer
Según expresaron las fuentes a Télam, el cuerpo de Tapon fue hallado lunes cerca de las 22 con un disparo en la región parietal en terrenos del ferrocarril Roca, sobre las calles General Paz al 1200 y Heredia, de la localidad de Gerli, a pocos metros de su vivienda.
Para los investigadores que trabajan bajo las órdenes de la fiscal Alejandra Olmos Coronel, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Avellaneda, la muerte de Tapón está relacionada a un suicidio, ya que envió mensajes de despedida a sus familiares y amigos, aunque el arma con la cual se disparó no fue hallada en el lugar.
La ausencia del arma de fuego es la única duda que aún mantienen los investigadores, pero estiman que pudo haber sido llevada por algún vecino del barrio, ya que el presunto suicidio se registró en un lugar oscuro, junto a las vías del tren, y los familiares y amigos que asistieron a Tapón corrieron el cuerpo unos 30 metros hasta la vereda.
En tanto, la fiscal Olmos Coronel aguarda el resultado preliminar de la autopsia practicada en la morgue judicial de Lomas de Zamora y también los resultados de los peritajes para determinar la presencia de pólvora en las manos del joven fallecido.
Agustina Lezcano, esposa de Tapón y madre de sus dos hijos, aseguró que no sabía de dónde pudo haber sacado el arma su marido para suicidarse, que lo había escuchado “muy mal” por lo que había pasado y que en la noche del lunes le envió un mensaje de audio por WhatsApp en el que aseguraba que prefería que no lo vieran sufrir en la cárcel.
“Prefiero que sufran todo de una a que me vean sufriendo todos los días en la cárcel”, explicó Agustina respecto al mensaje que le envió Tapón antes de ser encontrado muerto, y denunció, por otro lado, al árbitro al que había atacado su marido, de quien dijo que durante la jornada de ayer lo había extorsionado exigiéndole una suma de dinero a cambio de no hacer la denuncia ante la comisaría.
De hecho, el propio Tapón dio dos entrevistas a canales de televisión, apenas una hora antes de su muerte, en la que dijo estar arrepentido, aseguró que fueron “cinco minutos de calentura” y que el árbitro Paniagua se había comunicado con él en la que le pedía “300 mil pesos” para no denunciarlo.
“Me pidió 300 mil pesos pero yo no tengo esa plata y él no hacía la denuncia. Yo le dije que no tengo esa plata y que haga la denuncia. Le pedí disculpas de todo corazón, pero él no las aceptó. Sé que lo pude haber matado, no fue mi intención, me saqué”, afirmó en declaraciones al noticiero de Canal 9.
Por su parte, Priscila, una de las hermanas del joven, difundió otro audio en el que Tapón, con la voz quebrada, se despedía de ella y de otros familiares y le confesaba que estaba sobrepasado por la situación a la que fue expuesto tras la viralización de las imágenes.
El árbitro Paniagua había realizado la denuncia policial anoche mismo, tras la viralización de las imágenes en las redes sociales y canales de televisión, en la que relató que el hecho había ocurrido el pasado sábado mientras dirigía un partido de un torneo amateur entre el equipo “La Cortada” contra “El Rejunte”.
Paniagua relató que previo a comenzar el partido notó “un clima hostil” ya que los jugadores del equipo “La Cortada” “estaban consumiendo bebidas alcohólicas” y mencionó que, luego de insultarlo dos veces, expulsó a uno de los jugadores de ese equipo.
En ese momento, recibió un empujón del jugador expulsado y vino corriendo Tapón, quien le asestó varios puñetazos que lo hicieron caer al piso y, luego, una patada en la cabeza.
El artículo 44 del Código Penal establece para las tentativas de los delitos que se castigan con prisión perpetua -como la calificación de homicidio agravado por alevosía de este caso-, una pena de 10 a 15 años de cárcel.
Siempre según su denuncia ante la policía, Paniagua perdió el conocimiento y fue trasladado al hospital Presidente Perón de Avellaneda, donde fue atendido y luego dado de alta, sin que le brindaran información sobre un diagnóstico preciso de lo que le sucedió.
Finalmente, la UFI 4 de Avellaneda, a cargo de hechos vinculados a violencia en eventos deportivos, intervino de oficio horas antes ya que el hombre no había realizado la denuncia, y caratuló al hecho en un primer momento como “lesiones”, pero luego fue recaratulado como “homicidio agravado por alevosía en grado de tentativa en el contexto de un espectáculo deportivo”.
El artículo 44 del Código Penal establece para las tentativas de los delitos que se castigan con prisión perpetua -como la calificación de homicidio agravado por alevosía de este caso-, una pena de 10 a 15 años de cárcel.
El fiscal se enteró del suicidio del agresor del árbitro cuando iba a pedir su detención
El fiscal que intervenía en la causa por la agresión a un árbitro en un torneo de fútbol amateur en la localidad bonaerense de Sarandí, partido de Avellaneda, aseguró que el suicidio de agresor se produjo en el momento que firmaba el cambio de calificación del expediente a una “tentativa de homicidio agravado” y se aprestaba a solicitar su detención.
“En el ínterin que estaba pasando todo, estábamos disponiendo el tema de la detención. Cuando estoy haciendo el cambio de carátula, me dicen que este joven se había quitado la vida”, contó en diálogo con el canal de noticias TN Mariano Zitto, el titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Avellaneda que intervenía en la investigación de la agresión al árbitro Cristian Ariel Paniagua (36).
“Su detención no se llevó a cabo porque ya eran avanzadas las horas de la noche. Justo en el momento que hago el cambio de calificación, el Comisario de la 6ta.de Avellaneda me indica que se había quitado la vida. Aparentemente los mismos vecinos lo trasladaron hasta la casa y se hicieron del arma. No habría ningún elemento que haga presumir algo diferente”, indicó el fiscal.
Paniagua relató que previo a comenzar el partido notó “un clima hostil” ya que los jugadores del equipo “La Cortada” “estaban consumiendo bebidas alcohólicas” y mencionó que, luego de insultarlo dos veces, expulsó a uno de los jugadores de ese equipo
Al respecto, el representante del Ministerio Público agregó: “Incluso se había comunicado con su familia, había adelantado esta situación tras una nota periodística con un medio nacional”. Por otro lado, Zitto afirmó que “por la gravedad del delito y la pena en expectativa”, era muy probable que Tapón fuera detenido hasta llegar a una sentencia en la causa.
En cuanto a la calificación que le endilgaba, el fiscal cerró: “La alevosía tiene que ver en la agresión que, cuando está cayendo de espalda, le pega una patada en la nuca. No es cualquier persona, es un futbolista entrenado que sabe. De hecho, se aleja cuando lo ve caer inconsciente. No es gratuito un hecho de este tipo. El caso Fernando (Báez Sosa, asesinado a golpes a la salida de un boliche en Villa Gesell por un grupo de rugbiers en 2020) ha hecho mucha mella y no dejemos de tener en cuenta que se supone que era un evento recreativo, un lugar de diversión”.
– Comunicarse con Línea de Prevención del Suicidio – Ayuda a Personas en Crisis: 135 (gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires), (011) 5275-1135 o 0800-345-1435 (desde todo el país). El llamado es personal, confidencial y anónimo.