Liliana Herrero, Teresa Parodi y Juan Falú están presentando los sábados de mayo en el porteño Torquato Tasso el recientemente editado disco-libro “Mojones-Signos y Memorias de la Patria”, con la certeza de estar compartiendo “un acto amoroso, no solo para con la patria, sino para con nosotros mismos como colectivo”, según definió el guitarrista y compositor tucumano.
Artistas contemporáneos y referentes de la cultura popular comprometidos con la vida política y social del país, el trío recibe a Télam en la sala de Defensa 1575 donde los sábados de mayo desde las 20 recrean íntimamente el repertorio estrenado y grabado en vivo en agosto del año pasado en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner (CCK).
Allí, y también junto a un grupo integrado por Pedro Rossi en guitarra, Facundo Guevara en percusión, Ariel Naón en contrabajo y Lilián Saba en piano, el terceto mostró un cancionero folclórico y testimonial que además estuvo dedicado “a la memoria de Horacio González”, notable intelectual y pareja de Herrero, quien había fallecido un par de meses antes, a sus 77 años.
Falú considera en charla con Télam que la confluencia creada para encarar esta obra “nos hizo muy bien por sentirnos compinches generacionalmente, ideológicamente y vivencialmente”.
En un sentido similar, la autora y cantante Teresa Parodi aporta que “fuimos haciendo confluir las coincidencias de los cuatro que somos parte de una generación que miró al país desde una convicción ideológica que nos unió, aunque Juan haya nacido en Tucumán, Liliana en Entre Ríos y yo en Corrientes”.
“Somos parte de la misma patria con la misma historia casi tatuada como un mapa en nuestros cuerpos”, fundamenta la correntina a esta agencia.
Herrero, en tanto, vislumbra el cancionero de “Mojones…” como “un impulso nuestro por reconocer que tenemos algo para decir, con celebraciones, con sufrimientos, con los cabellos blancos y sin querer darle lecciones a nadie”.
“Pero sí creemos que el arte, en ese sentido, va un paso adelante porque tiene la posibilidad de poner en cuestión algunos problemas e interpelarlos”, asegura la intérprete.
Creado en pandemia, editado por Registros de Cultura y con el patrocinio del Ministerio de Cultura de la Nación, el material contiene ocho obras creadas por la dupla Parodi-Falú: “El nombre sin fin (sobre los amores del pueblo)”, “El canto primero”, “En esa soledad”, “La Plaza”, “Pañuelito sin adiós”, “Remanso azul”, “La bengala” (en este caso sobre texto del poeta y soldado Gustavo Caso Rosendi), “Los sueños que no perdimos” y “Vidala del que no está”; una del guitarrista ( “Bando”) otra que Falú compuso con Pepe Núñez (“Remanso azul”) y “Martín”, creada por Edgardo Cardozo.
“A mí me parece que es casi como haber dejado un nuevo mojón bien definido en sí mismo acerca de esta manera de pensar la patria, de sentir la patria, de haberla vivido, porque ninguno de los tres miramos la historia pasar sino que nos comprometimos profundamente desde todos los lugares posibles.”Teresa Parodi
Fue justamente la canción del guitarrista y cantante Cardozo sobre el “Martín Fierro” la que empujó a Liliana a poner a rodar junto a Teresa, Juan y Horacio la idea de un disco capaz de dar cuenta de “composiciones creadas a partir de distintos acontecimientos que son constitutivos de la patria”.
-¿Y qué les pasó a ustedes con esa iniciativa?
Teresa Parodi: Primero que la idea era genial porque implicaba dejar un legado generacional, una mirada sobre un país, una patria, una historia que era muy importante hacerla. Esos mojones eran de una intensidad que debían quedar registrados en algún lugar como algo constitutivo de un pensamiento nacional y fue un desafío precioso por ver cómo crecer intelectualmente hablando con ella y con Horacio y por tener que trabajar con Juan en un trabajo en conjunto que fue hermoso por cómo lo pensamos, cómo lo discutimos y desde dónde hacíamos los temas.
Juan Falú: Estoy de acuerdo y también celebro la decisión de usar un lenguaje musical bien argentino apelando a diversas formas musicales y con cada una de ellas hacer como una especie de mensajería. Desde la vidala, el bailecito, el tango, la zamba y una especie de cueca, se genera algo que sin apelar a nacionalismos vacuos permite vislumbrar un sentir argentino girando en torno a toda la idea.
TP: Y siento que también nos atravesaron cosas que tampoco estaban pensadas pero que nos hicieron ver que había otro tema más del que hablar y que es uno de los textos más impresionantes de Horacio para los prólogos que es cuando hablamos del pueblo, cuando nace el pueblo, y esto nos pasó porque justo vimos a nuestro pueblo en todas las formas del sentimiento imaginable, llorar, cantar, reírse, volver a llorar y volver a cantar con la muerte de Diego Maradona y eso nos colocó ante la relación que tiene el pueblo con sus grandes amores. Algo que no se quedaba solamente en Maradona sino también en Eva Perón, en el mismo Juan Perón, en (José María) Gatica, en Néstor Kirchner, porque vimos una vez más cómo podía constituirse en sí mismo y hacer exactamente lo mismo como si fuera un solo cuerpo cuando la idea nace en forma espontánea.
-¿Cómo describir el aporte y la presencia de Horacio González?
JF: Es más bien una imagen pero que lo describe perfectamente. Ubiquémonos en la casa donde se genera “Mojones…”, que es la casa de Liliana y Horacio; entonces en un ambiente hay tres personas bulliciosas, digamos, tres personas en estado de ebullición, y en otro ambiente hay un señor solo, ensimismado, pero lo notable es que este señor solo estaba escuchando y nosotros estábamos esperando que él escuche.
TP: Y para mí ha sido como un motor y un símbolo de la gestación de este trabajo porque él pasaba, se quedaba como en la puerta, de refilón y decía una frase y nos dejaba inquietos a todos y nos cambiaba un poco el hilo, nos movía el piso.
-¿En qué lugar creen que los posiciona haber tomado nota de estos “Mojones…”?
JF: Yo creo que cuando salimos a tocarlo en el CCK, sentí que éramos tres personas grandes, maduras, con los pelos ya blancos saliendo a cantarle a la patria y eso estaba siendo reconocido. Me percibí más como un veterano de múltiples batallas que como un artista.
TP: A mí me parece que es casi como haber dejado un nuevo mojón bien definido en sí mismo acerca de esta manera de pensar la patria, de sentir la patria, de haberla vivido, porque ninguno de los tres miramos la historia pasar sino que nos comprometimos profundamente desde todos los lugares posibles.
Liliana Herrero: Yo siento que estamos dejando ese pensamiento, esa mirada y ese compromiso en este trabajo que implica un aporte importante que alguna vez ojalá sea considerado y escuchado con ese sentido y que no puede acotarse únicamente al peronismo. Los tres sabemos que hay un montón de mojones que no están y si tuviéramos que hacer otra vez algo así incluiríamos muchas cosas del anarquismo, de los feminismos, por ejemplo.
JF: También es bueno aclarar que nosotros somos dueños de un amor a la patria pero no de una verdad. No levantamos la bandera de que nuestra generación es la que tiene la posta sobre la historia ni nada de eso, pero sí nos parece que le estamos devolviendo a la tierra lo que la tierra nos dio, incluyendo los dolores.
LH: Es muy complejo pensar una patria. Está llena de celebraciones, está llena de combates dormidos de los que no se hablan y está llena de combates no dormidos de los que se habla mal, sesgadamente. Este país está lleno de tejidos desechos y tejidos sostenidos y el impulso nuestro fue asumir que tenemos algo para decir sin darle lecciones a nadie. Pero sí creemos que sin un pensamiento sobre lo que falta hacer, lo que ha sido y lo que deberá ser, no hay un compromiso fundamental de la política, porque si no hay eso no hay política, se cae el peso y la densidad de la palabra política.