El Gobierno de Kosovo decretó para este lunes un día de duelo nacional tras los enfrentamientos del fin de semana en un monasterio donde se atrincheraron hombres armados después de una emboscada contra una patrulla policial, en los que murió un agente y otro resultó herido, en medio de un momento delicado en los esfuerzos de la Unión Europea (UE) por normalizar los lazos entre ambos rivales.
El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, informó que el monasterio había sido recuperado, pero aclaró que continuaba la operación policial en el norte.
La zona circundante al establecimiento, en las afueras del pueblo de Banjska, 55 kilómetros al norte de la capital kosovar, Pristina, sigue acordonada y tranquila, según un periodista de la agencia de noticias AFP.
El Gobierno de Kosovo declaró duelo nacional en homenaje al policía muerto y responsabilizó a Serbia por el incidente, una acusación desmentida desde Belgrado.
“Estos ataques demuestran, si aún fuera necesario, el poder desestabilizador de las bandas criminales, organizadas por Serbia, que han estado desestabilizando Kosovo y la región durante mucho tiempo”
“Muchas cosas van a quedar resueltas con la investigación”, indicó Kurti a Manuel Sarrazin, emisario del Gobierno alemán para los Balcanes occidentales, en una reunión este lunes.
El incidente se produjo después de que un nuevo ciclo de diálogo para pacificar la región bajo la mediación de la UE terminara sin avances.
Por su parte, la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, denunció “un ataque contra Kosovo” y también culpó a Serbia.
Oi Kosovo- NATO must NEVER again be allowed to attack our Christian Brethren , pic.twitter.com/zke57dNKmn
— Jim Dowson B.Th MA (@OfficialJDowson) September 25, 2023
“Estos ataques demuestran, si aún fuera necesario, el poder desestabilizador de las bandas criminales, organizadas por Serbia, que han estado desestabilizando Kosovo y la región durante mucho tiempo”, escribió en un comunicado.
El ministro de Interior de Kosovo, Xhelal Svecla, informó que las autoridades incautaron una “cantidad excepcionalmente alta de armas pesadas”, explosivos, uniformes, reservas de comidas y equipamiento.
“Hemos retomado el control de esta zona, luego de varias batallas”, indicó el ministro en rueda de prensa, y agregó que seis individuos habían sido detenidos: dos hombres uniformados, heridos, y otros cuatro que apoyaban al grupo. Además, tres asaltantes fueron abatidos, precisó.
Sin embargo, persisten los interrogantes sobre el enfrentamiento.
Sobre los incidentes
Kurti informó el domingo que al menos 30 hombres armados y vestidos con uniformes se atrincheraron en el monasterio de la Diócesis de Kosovo de la Iglesia Ortodoxa Serbia, que tiene cientos de monasterios en Kosovo.
En Serbia la prensa reportó los incidentes con escepticismo y muchos medios citaron la declaración del presidente Aleksandar Vucic, quien anoche negó cualquier implicancia en los enfrentamientos y responsabilizó al Gobierno de Kosovo.
“No quiero justificar la muerte de un albanés, y eso no es justificable. Debe ser condenado”, dijo Vucic, y sostuvo que “el único culpable” de la violencia era Kurti, a quien acusó de provocar “siempre”.
“Nunca reconoceremos la independencia de Kosovo, incluso aunque nos maten a todos”, sostuvo.
Por su parte, Rusia expresó este lunes su preocupación por la situación “potencialmente peligrosa en Kosovo” y demostró su apoyo a Serbia.
“La situación es verdaderamente tensa y potencialmente peligrosa”, dijo el vocero de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.
“No es un secreto para nadie que las provocaciones contra los serbios son organizadas muy a menudo”, agregó.
El norte de Kosovo suele registrar incidentes de este tipo, pero las tensiones se dispararon en mayo después de que los dirigentes kosovares instalaran alcaldes de etnia albanesa en cuatro municipios de mayoría serbia.
Serbia se ha negado a reconocer la condición de Estado de Kosovo y todavía lo considera parte de su territorio, aunque no tiene control formal allí.
Su población de 1,8 millones de habitantes, de mayoría albanesa, incluye una comunidad de origen serbio de unas 120.000 personas, que viven esencialmente en el norte de Kosovo. La mayoría de los albaneses son musulmanes, mientras que el grueso de los serbios son cristianos ortodoxos.
La guerra de Kosovo (1998-1999), entre fuerzas serbias e independentistas albanokosovares, dejó 13.000 muertos, la mayoría albaneses.