La candidatura de Ucrania para integrarse a la OTAN, que será una de las cuestiones centrales de la cumbre de la Alianza Atlántica que se celebra el próximo martes y el miércoles en Vilna, la capital de Lituania, está precedida por un historia reciente de casi 30 años, cuando el mundo se adaptaba a la disolución de la URSS.
La relación entre ambos a lo largo de los años
Ucrania, independiente desde fines de 1991 tras el fin de la Unión Soviética, se adhiere el 8 de febrero de 1994 a la llamada Asociación para la Paz, un programa de la OTAN que ofrece colaboración militar a los antiguos países del bloque del este.
En diciembre de 1994,Ucrania renuncia a su estatus nuclear firmando el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y, a cambio, Estados Unidos, Rusia y el Reino Unido le otorgan garantías de seguridad, incluido el respeto de su integridad territorial.
El 9 de julio de 1997, Ucrania y la OTAN fortalecen sus relaciones con una “carta de asociación específica” que prevé mayor colaboración técnica y militar, reseñó AFP.
Para el 23 de mayo de 2002, Ucrania anuncia que está comenzando un proceso “histórico” para adherirse a la OTAN, paa lo que se requiere paciencia y reformas continuas.
Sin oponerse frontalmente, el presidente ruso Vladimir Putin reiteró su hostilidad a la expansión de la Alianza hacia el este.
Desde 1999, tres antiguos satélites de la URSS como son Polonia, Hungría y la República Checa, se unieron a la OTAN, seguidos de otros siete en 2004
En abril de 2008, cuando se celebró la cumbre de Bucarest, los líderes de los países de la OTAN rechazan en Hungría el estatus de candidato oficial para Ucrania y Georgia, a pesar del “firme apoyo” del presidente de los Estados Unidos, George W. Bush.
Sin embargo, la organización se compromete a darles la bienvenida a largo plazo.
El 18 de marzo de 2014, el por entonces secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, critica la anexión “ilegal e ilegítima” de la península ucraniana de Crimea por parte de Rusia, y advierte que “los aliados de la OTAN no la reconocerán”.
La OTAN considera que la anexión de la península constituye una “amenaza para la seguridad y la estabilidad de Europa desde el final de la Guerra Fría”, por lo que decide reforzar su cooperación con Ucrania.
A mediados de 2014, Kiev relanza el proceso de adhesión a la Alianza interrumpido en 2010 por el entonces gobierno prorruso y que Moscú considera inaceptable.
Rasmussen deja la puerta abierta, pero sin un calendario claro.
Ya en 2022, tras la invasión militar rusa en territorio ucraniano, iniciada el 24 de febrero, el jefe del Gobierno ucraniano, Volodimir Zelenski, pide “asistencia militar sin restricciones” de los países de la OTAN, que le envían armas y municiones.
El 30 de septiembre, después de que Rusia revindicara la anexión de cuatro regiones ucranianas, Zelenski solicita un proceso de adhesión “acelerado” a la OTAN.
En mayo de 2023, el presidente ucraniano admite que este paso es “imposible” antes del final del conflicto, pero pide una “señal clara” para unirse a la Alianza más tarde.
El pasado domingo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se mostró inflexible sobre su rechazo a la adhesión de Ucrania: “Estaríamos en guerra con Rusia, si ese fuera el caso”, exclamó.