Las hijas de dos de los fusilados en los basurales de José León Suarez en junio de 1956, durante la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu, pidieron este lunes “justicia” por los asesinatos de los que fueron víctimas sus padres, al declarar en los tribunales de San Martín, en las primeras testimoniales del juicio por la verdad que busca declarar esos hechos como crímenes de lesa humanidad.
“Los fusilaron por peronistas”, dijo una de las mujeres que comparecieron en el juzgado federal 2 a cargo de Alicia Vence.
Desde las 9.30, Vence escuchó el testimonio de Berta Carranza, hija del trabajador ferroviario asesinado junto a otros cuatro compañeros por la policía de la provincia de Buenos Aires bajo las órdenes del teniente coronel Desiderio Fernández Suárez en la madrugada del 10 de junio de 1956.
“Mi papá era ferroviario, era un dirigente gremial defensor de los derechos de los compañeros. Lo fusilaron por peronista, por defender el Estado de derecho, por querer vivir en democracia”, dijo Carranza a Télam.
Durante su declaración, la mujer pudo relatar por primera vez ante un juzgado lo que pudo reconstruir de lo que le sucedió a su padre gracias a lo que le contaron sus compañeros y su madre, dado que ella sólo tenía dos años al momento de los hechos.
En los fusilamientos del 10 de junio de 1956 mataron a Carlos Lizaso, Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Vicente Rodríguez y Mario Brión, mientras que otros siete compañeros, que también habían sido capturados horas antes de la casa del barrio bonaerense de Florida donde se encontraban reunidos, lograron escapar y salvar sus vidas.
La dictadura inició el 9 de junio una represión que en tres días produjo los asesinatos de 18 militares y 13 civiles.
Algunos de ellos formaban parte de un levantamiento encabezado por los generales Juan José Valle y Raúl Tanco, que intentaba reponer a Juan Domingo Perón como presidente constitucional de la Argentina; otros fueron detenidos sin saber por qué y ejecutados sin derecho a defenderse.
“Esta es mi historia de lucha porque se reconozcan como crímenes de lesa humanidad lo que les hicieron. Porque ellos eran trabajadores, el único crimen que cometieron fue ser peronistas y defender los derechos del trabajador”, expresó Carranza.
Y agregó: “En ese contexto uno se siente orgullosa de ser Carranza”.
En tanto, desde las 10.30 brindó su testimonio la hija de Francisco Garibotti, Delia, quien también con solo ocho años expresó el dolor de perder a su padre y que “no les dejaron ni velarlo, ni rezarle un padre nuestro”.
Garibotti relató además la “tortura” que implicó para su madre la búsqueda del cuerpo de su padre, las “idas y vueltas” ya que “todo el mundo le cerraba las puertas” hasta que finalmente la citaron para que vaya a reconocer el cuerpo en San Martín.
“Queremos que se sepa toda la verdad de lo que pasó, cómo fue y seguimos luchando porque se haga justicia y que se reconozca la historia “, dijo a esta agencia Garibotti al salir del juzgado.
Asimismo, la presidenta de la Comisión por la Memoria, Verdad y Justicia de San Martín -que es impulsora y querellante de este juicio-, Evita Morales, señaló como dos objetivos primordiales de este proceso judicial la declaración de los hechos como crímenes de lesa humanidad y la incorporación del tema en las currículas escolares.
“Esos fusilamientos en el gobierno de facto de Aramburu comenzaron en la noche de ese 9 de junio donde se detiene a 12 personas que fueron llevadas a una comisaría para luego ser fusiladas. Cinco de ellas murieron y siete lograron salvarse”, repasó Morales en diálogo con Télam.
La presidenta de la Comisión resaltó además el “sufrimiento de sus familiares no sólo por la muerte de sus seres queridos sino también por la negación de la sociedad”.
“Estos familiares que siempre nos han acompañado en juicios de lesa humanidad nos decían ‘por nuestros padres nunca se hizo nada’. Es una de las historias que nos han negado a muchas generaciones y que queremos que salga a flote”, reflexionó Morales.
El abogado querellante que representa a la Comisión, Alberto Palacios, consideró en diálogo con Télam que las declaraciones de Carranza y Garibotti son “un acto reparatorio fundamental para ellas”.
“Eran muy chiquitas en el momento en que secuestraron y fusilaron a sus padres, Berta tenía dos años y Delia ocho años. Fue muy conmovedor escuchar sus testimonios, creo que conmovió hasta a la misma secretaria del tribunal“, contó Palacios.
Y subrayó: “No habían sido llamadas por la justicia para declarar en ninguna causa, luego de tantos años poder vivir ese momento fue muy emocionante”.
Según refirió el abogado, el 14 de junio continuarán las audiencias con declaraciones de familiares de Miguel Ángel Giunta y de Vicente Rodríguez, mientras se sigue agregando documentación y otros elementos de prueba para esta etapa de instrucción.