La despedida de Kike Teruel, miembro fundador del conjunto folclórico Los Nocheros hace casi cuatro décadas, fue el epicentro de un recital que colmó la noche del viernes el estadio porteño Movistar Arena y sirvió para sintetizar el camino estético del grupo, sus alianzas e influencias y también su posible proyección como inminente terceto.
La salida del menor de los Teruel, quien creó la agrupación junto a su hermano Mario y a Rubén Ehizaguirre en 1986, altera la base de una formación donde sí hubo cambios con el cuarto integrante (primero con Enrique “Pala” Aguilera, luego con Jorge Rojas en la etapa más masiva y desde 2005 con Álvaro Teruel, hijo de Mario y sobrino de Kike).
Por ello, este adiós público en una sola función pareció ser una suerte de memoria, balance y proyección de una formación emblema de una de las tantas renovaciones folclóricas que encarnó cultural y simbólicamente la década de los ’90 y que vistió su apuesta de base eléctrica y privilegiadas y engoladas voces de un cancionero casi exclusivamente romántico.
“No tenemos que dejar de olvidar la historia. Los Nocheros marcaron un camino fundamental y es el grupo que revolucionó el folclore”, expresó Soledad Pastorutti, también fruto de aquella época, y una de las celebridades invitadas al concierto.
La propuesta estuvo atravesada por la profusa presencia de otros ocho artistas (Chaqueño Palavecino, Los Tekis, Ahyre, Ángela Leiva, Marcela Morelo, Los Alonsitos, Rodrigo Tapari y la dupla Dani Cuevas-Gaby Morales), lo que hizo imposible desplegar concepto alguno o, tal vez, esa variopinta paleta pretendió enlazar la historia de Los Nocheros y lo que vendrá.
Entre las invitaciones, los abrazos, las interpretaciones y los buenos deseos, se vivió un clima de contenida emoción que alcanzó también a una audiencia dominada por personas mayores en estado de expectación ante una lograda puesta de Ana Sans y con sólidas performances musicales de Ramón Vivas en bajo, Pablo Sosa en batería, Germán Mercado en teclados y Juan Manuel Décima en guitarra.
Al filo de las 21.30, tras 45 minutos de espera en relación al horario anunciado, el cuarteto sostenido musicalmente por los cuatro instrumentistas abrió el espectáculo con una seguidilla integrada por “Otra noche de festival” (que en su estribillo repite “Canta como si fuera la última noche que nos quedara”), “La guitarreada” y “Cosa peligrosa”.
Recién entonces Kike, puesto en vocero y maestro de ceremonias de su partida, expresó: “No los voy a aburrir diciéndoles cómo me siento. Estoy nervioso, gracias de verdad, me han hecho vivir una vida maravillosa. Mi corazón y mi voz se queda con ellos y con ustedes”.
Y enseguida, después de “Entre la tierra y el cielo” (creación de Paz Martínez que fue la canción más escuchada en radios argentinas en 1999), el guitarrista, charanguista y cantante avisó: “Con nuestros amigos de Los Alonsitos arranca el festival”, y junto a los correntinos compartieron “Puerto Tirol” y “Kilómetro 11”.
Desde otra textura, los Ahyre (suerte de versión contemporánea y estilizada de Los Nocheros) encabezaron versiones de “La luna” y “La noche sin ti”, después de que Juan José “Colo” Vasconcellos indicara: “Esta es una noche histórica para la música argentina y no hablamos de despedirlo a Kike sino de celebrar a la música de Salta”.
Tras el dúo Morales-Cuevas (con “Zamba carpera” y “La linda”), Kike encabezó charangueando una versión de “Materia pendiente”, pero la velada se encendió recién con la llegada de los jujeños Los Tekis, que desde su festiva impronta propusieron “Soy como soy” y “Cómo has hecho” y no sintieron necesidad de expresar palabra alguna sobre la delicada situación social que atraviesa su provincia.
“Hay gente que no está y que querría que esté y la autora de esta canción es una de ellas”, dijo haciendo alusión a su cuñada, Noemí Cristina Laspiur, más conocida como “La Moro”, compositora de varios éxitos folclóricos de la época, de quien entonaron “Algo sobrenatural”.
Pero los que sí estuvieron, en una galería continúa, plagada de halagos, brillos y gritos, fueron –en este caso desde la cumbia- Rodrigo Tapari (para “Procuro olvidarte” y “Una cerveza voy a tomar”) y Ángela Leiva (para “Sol nocturno” y “Amiga traidora”).
También en clave festiva Marcela Morelo se sumó con “Jamás te olvidaré” y “La fuerza del engaño” y Abel Pintos lo hizo desde la pantalla de fondo del escenario para bendecir a Teruel y asegurarle: “El amor de todos nosotros te va a acompañar”.
“Este tema lo hice para la que siempre me mostró el camino a casa”, señaló Kike acerca de “Vaya donde vaya”, que dedicó a su mujer y cuyo título fue el que le puso nombre al show.
Las poderosas presencias de La Sole (a cargo de “Me enamoré de una zamba” y “Tren del cielo”) y de Chaqueño Palavecino (con “La yapa” y “Amor salvaje”), completó el tridente de las expresiones más renombradas de aquella época del folclore y sumó espesura e intensidad.
Un puñado de clásicos de cuño Nochero entre los que se contaron “Roja boca”, “Vuela una lágrima”, “Chacarera del rancho” y “La Cerrillana” pusieron broche a otro mojón en la historia del popular combo salteño, que deberá caminar hacia el mañana con una nueva formación.