Verificar las fuentes de información y chequear el origen de las noticias parar reflexionar y permitirse dudar antes de amplificarlas en redes sociales, están entre las principales recomendaciones que recibieron niñas, niños, adolescentes y jóvenes para detectar “fake news”, mientras participaron de actividades lúdicas organizadas por Naciones Unidas en la Feria del Libro de Buenos Aires.
“Vivimos en un período donde hay mucha información. Estamos todos y todas tratando de navegar ese cause sin freno, en el cual muchas personas aprovechan para meter contenidos que no son verídicos, que asustan, confunden, generan actitudes que no son buenas, como racismo, enojo, discriminación”, dijo a Télam la directora del Centro de Información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Argentina, Tamar Hahn, en el marco de la iniciativa “Una pausa contra la desinformación”.
“Antes de compartir, pensá: ¿cuál es la fuente de la información? ¿por qué la compartís? ¿cuándo se publicó?”, apuntaban desde el stand de la Biblioteca del Congreso de la Nación, ubicado en el sector externo del Pabellón Ocre del predio ferial del barrio porteño de Palermo, que incluyó la actividad propuesta por la ONU y la Asociación civil Minu, y que estará hasta el domingo de 16 a 20.
“Hay mucha gente que nunca pensó en cuestionar lo compartido por un amigo o un familiar en una red y da por válido algo que no es”Martín Galanternik, director de Minu
La actividad surgió a raíz de la campaña global ‘Verified’ (Verificado), que ONU promueve desde 2020 con el inicio de la pandemia de coronavirus, cuando “explotó” la desinformación, contó Hahn.
Una noticia falsa “puede ocasionar -entre otras cosas- miedos en la población”, advirtió la referente y recordó que en la época inicial de la Covid-19 “hubo noticias falsas sobre cómo era la enfermedad y cómo se contagiaba, y sobre supuestos efectos secundarios de las vacunas anti Covid”.
Apenas gira la ruleta, como hipnotizados, atraídos por el desafío, se van acercando niños y niñas tomados de la mano de sus padres y madres y grupos de estudiantes secundarios y universitarios que van a jugar según orden de llegada.
“El juego me hizo acordar a lo que pasó en la Guerra de Malvinas, que decían que íbamos ‘ganando’ y era mentira. Lo aprendí en la escuela”Un niño de 9 años que participó del juego
Cuando la ruleta se detiene en un número, cada participante elige una temática entre deporte, arte, ciencia, historia y entretenimiento, y el número aleatorio indica la afirmación que deberán decir si es “verdadera o falsa”. Cada afirmación se basa en mitos y hechos comunes difundidos.
“Los medios de comunicación pueden alterar o fortalecer las costumbres y el comportamiento social, e incluso movilizar a los ciudadanos”, leyó la entrevistadora a un niño de 10 años participante, quien rápidamente respondió “¡verdadero!” y ganó unos stickers con mensajes concientizadores como premio.
“Me gustó el desafío”, dijo el niño a Télam y añadió: “No sé si los medios siempre dicen la verdad, pero sí que influyen en las decisiones de las personas”.
Al lado, su amigo de 9, quien también participó pero sin acertar la respuesta en la categoría deportes, sumó a la reflexión sobre el papel de los medios de comunicación: “el juego me hizo acordar a lo que pasó en la Guerra de Malvinas, que decían que íbamos ‘ganando’ y era mentira. Lo aprendí en la escuela”.
En paralelo, quienes esperaban en la fila para la ruleta participaban al mismo tiempo de un juego de “identificación de ‘fake news’ y contenido engañoso”.
De a grupos, recibían cuatro noticias sobre un mismo tema a las que debían clasificar como “verdadera, falsa, engañosa o inchequeable”.
“Que uno las lea las noticias en voz alta”, indicó una de las participantes adolescentes para organizar al grupo de siete estudiantes secundarios.
Las noticias sobre las que debatieron trataban sobre un paro de colectivos, pero cada una estaba redactada de distintas maneras con distintas fuentes de información y datos.
En algunos casos acertaron y en otros no, pero, al conocer las respuestas correctas, reflexionaron junto al capacitador que “las noticias, por más de que estén puestas en cualquier medio de información, no siempre son verdaderas, y hay que chequearlas”.
Asimismo, el voluntario les explicó que “si compartimos información falsa o engañosa estamos engañando a la gente a la que llegamos. Lo que hay que hacer es pausar, no compartir, sino primero leer bien e informarnos”.
Luego de participar, el grupo de entre 16 y 17 años, que cursa quinto año en el colegio secundario “Inmaculada Concepción”, de la localidad bonaerense de Ciudadela, dijeron a Télam que con la actividad aprendieron que “no toda información es real”. “Es necesario fijarse si algo es falso antes de compartir”, resumió la estudiante Belén Paez.
“Hay mucha gente que nunca pensó en cuestionar lo compartido por un amigo o un familiar en una red y da por válido algo que no es”, explicó a Télam el director de Minu, Martín Galanternik.
“Cada vez que se usan más las redes sociales, la desinformación crece. La idea es que los jóvenes comprendan que las redes tienen muchas ventajas, pero también sus riesgos”, concluyó.