El fiscal de Lomas de Zamora Marcelo Domínguez afirmó en su pedido de detenciones que el móvil del crimen del empresario Fernando Pérez Algaba fue una deuda por 50.000 dólares y por 17 terrenos que el imputado Maximiliano Pilepich debía entregarle a la víctima, quien camino al campo de General Rodríguez, donde se cree pudo ser capturado y asesinado, reconoció en un mensaje de audio que temía ser baleado y por su vida.
El fiscal remarca en el documento -al que tuvo acceso Télam- que, más allá de sus negocios en común, entre Pilepich y Pérez Algaba existía “una relación de amores y odio, en la que se advierte y se puede afirmar la existencia de discusiones, peleas y amenazas que se efectuaban entre ambos”, e incluso hace mención a un antecedente en el que el ahora principal acusado “le había efectuado disparos de arma de fuego” a la víctima, aunque sin herirlo, en el mismo campo de General Rodríguez donde “Lechuga” se dirigió antes de terminar asesinado.
El fiscal reveló que la víctima se encontraba viajando hacia el predio de General Rodríguez y que temía que lo balearan
En un primer tramo de su acusación, el fiscal sostiene el agravante de un homicidio por “codicia” al entender “que existía una acreencia de la víctima para con Maximiliano Pilepich” y que el crimen ocurrió “luego de suscribir un documento de reconocimiento de deuda en una escribanía”.
“Es en este andamiaje que el suscripto entiende que claramente uno de los motivos por los que se perpetró el hecho investigado en la presente resulta ser el exoneramiento por parte de Pilepich de dicha deuda y en consecuencia la ganancia ilegítima que esto le conllevaría, viéndose incrementado su patrimonio en tal sentido al exceptuarse de pasivos dinerarios que debía afrontar con el damnificado“, agregó el fiscal.
Tesis de un crimen
A su vez, explica que “la principal tesis de investigación, que la colecta de elementos convictivos ha arrojado, consiste en que el día 18 de julio del corriente, en horario de la tarde, la víctima de autos se había dirigido a cobrar una deuda que tenía con el imputado Maximiliano Pilepich, de la que iba a cobrar un primer pago de veinte mil dólares, dirigiéndose al predio ‘Renacer’ en la localidad de General Rodríguez, en la intersección de las calles Las Américas y Ruta 6 de la mencionada localidad, movilizándose en un vehículo marca Range Rover Evoque color blanco, dominio LUA 048, donde también se encontraría con Nahuel Sebastián Vargas o bien habría viajado con el mismo desde el inicio del trayecto”.
Domínguez señala que “dicha deuda había sido documentada mediante una transacción privada que pactaron Pilepich y Pérez Algaba, la plasmaron en un instrumento privado y fueron a certificar las firmas estampadas en el mismo a la escribanía Cerrato de la localidad de Castelar”.
Según explicó el fiscal que la deuda del acusado con la víctima era de 50.000 dólares y la entrega de 17 lotes
Luego, Domínguez deja asentado que “el contenido de dicha deuda era de cincuenta mil dólares, pagaderos en varios pagos, y la entrega de diecisiete lotes en el barrio privado ‘Renacer’ que haría Pilepich a Pérez Algaba”.
“No surge de los elementos convictivos reunidos que la deuda fuera de ciento cincuenta mil dólares ni que se haya efectuado una entrega en la escribanía de noventa mil dólares y que se debería hacer una segunda entrega de sesenta mil dólares el día 18 de julio del corriente”, afirma el fiscal dejar en claro de cuánto era la deuda, según las constancias del expediente.
En tanto, el representante del Ministerio Público hizo referencia a los temores que el mismo día de su desaparición, tenía la víctima de terminar baleada o asesinada.
“Se encuentra agregado asimismo un mensaje por la red social WhatsApp entre la víctima y otra persona en la que indica que Maximiliano Pilepich no le iría a pagar, que la víctima se encontraba viajando hacia el predio de General Rodríguez y que temía que lo balearan”, reveló el fiscal.
Además, agrega que “se aportó a la investigación otro audio de la víctima en la que le indicaba a su interlocutor que Maximiliano Pilepich habría retirado todas las documentaciones que había dejado en la escribanía y en él relata la víctima que temía por su vida”.