Funcionarios de Acumar aseguraron que el fallo Mendoza de la Corte Suprema de Justicia que ordenó el saneamiento de la Cuenca Matanza Riachuelo hace 15 años significó “un antes y un después” en las políticas ambientales del país y explicaron que ya no se vuelca a ese curso fluvial contaminantes directos y, por el contrario, arranca la etapa de recuperación con varios proyectos a debatirse en una audiencia pública.
El 8 de julio de 2008 la Corte resolvió una denuncia que habían presentado cuatro años antes vecinos de Villa Inflamable, en el municipio bonaerense de Avellaneda, y organizaciones ambientalistas al Estado Nacional, la Provincia, la Ciudad, 44 empresas y 14 municipios por el derecho a un ambiente sano, reconocido por el artículo 41 de la Constitución.
En su fallo, los magistrados reconocieron la necesidad de mejorar la calidad de vida de los habitantes de la cuenca, recomponer el ambiente en el agua, aire y suelo, y prevenir daños futuros, por lo que ordenaron la creación de un ente específico que reúna a los Estados intervinientes y que lleve a cabo un Plan Integral de Saneamiento Ambiental de la Cuenca (PISA), que finalmente se presentó en 2009.
“Estos 15 años fueron de grandes avances en la Cuenca Matanza Riachuelo, que ingresa en una nueva etapa en el proceso de saneamiento y recuperación”, dijo a Télam el presidente de Acumar, Martín Sabbatella.
El director ejecutivo de Gestión del organismo, Daniel Larrache, sostuvo, por su parte, que el fallo “es un antes y un después en Argentina en relación a la situación ambiental y en la toma de conciencia de esas problemáticas”.
“No es menor que sea con respecto a una causa como el Riachuelo que es emblemática, siempre se habló que lo iban a sanear y siempre era un ida y vuelta”, agregó
Larrache reconoció que en estos 15 años “pasaron muchas gestiones en el medio, con avances y retrocesos”, aunque destacó que “se alcanzó un primer escalón con la concreción de las grandes líneas de acción para poder avanzar en el saneamiento integral de la cuenca”.
La Cuencia Matanza Riachuelo
La Cuenca Matanza Riachuelo se extiende por 2.047,86 km2 y el río Matanza Riachuelo, su principal cauce, tiene 64 km de extensión. Abarca catorce municipios de la provincia de Buenos Aires y Capital Federal y en la cuenca habitan más de 4 millones de personas, es decir, alrededor del 10% de la población del país.
“El fallo resaltó que hay que pensar en términos de cuenca no sólo lo puntual del río, ya que hay mucha interacción entre los distintos actores”, aseguró Larrache sobre la causa, cuya sentencia es ejecutada en la actualidad por el Juzgado Correccional y Federal N° 2 de Morón, a cargo de Jorge Rodríguez.
Según Acumar, en los más de 200 años de contaminación que tiene la cuenca, un 70% proviene de efluentes cloacales y un 30% de lo que vierten distintas actividades industriales productivas y los residuos sólidos urbanos
Para combatir estas tres fuentes de contaminación, se hizo una primera ampliación cloacal del área metropolitana con el Sistema Riachuelo con un préstamo del Banco Mundial. Se construyó un megacolector y el emisario subfluvial, ambos finalizados, y una planta de pretratamiento de efluentes, que se encuentra al 71%, según Acumar.
También se promovió el traslado de curtiembres pequeñas y medianas al Parque Industrial Curtidor (PIC) de Lanús con su respectiva Planta de Tratamiento de Efluentes Líquidos Industriales (PTELI).
La mudanza del Mercado de Liniers a Cañuelas en mayo de 2022 benefició el estado del río ya que era una de las fuentes de contaminación orgánica más importantes.
En la actualidad, se generan aproximadamente 10.000 toneladas de residuos por día en la Cuenca Matanza Riachuelo, por lo que se trabajó con los municipios en el tratamiento de los residuos y se logró que cooperativas de trabajo realicen la limpieza de los márgenes de la cuenca.
“Cuando salió el fallo, obviamente se veía la contaminación y el estado de deterioro que tenía la cuenca, pero no se sabía por qué, cómo o por dónde se producía, no había un sistema de medición, era todo incertidumbre”, aseguró Larrache.
“Después de 15 años de trabajo ya estamos dejando de atacar y de volcar contaminantes directos a la cuenca. Ahora empieza la etapa de la recuperación y ahí es otra discusión”, aseveró el director ejecutivo.
Los desafíos a nivel ambiental
A nivel ambiental, los desafíos de aquí en adelante son la recuperación de la calidad del aire, del agua y de la tierra y para ello se debaten distintas estrategias tecnológicas, que se discutirán mañana en una audiencia pública en Avellaneda.
“Hay una opción que es dragar y mover los barros para tratarlos, otra sería poner mecanismos de aireación forzada, las famosas cepas. Otra tecnología dice que ionizando las aguas podes generar ciertas algas y microorganismos que ayudan, y otro explican que hay que dejar todo así y esperar a que la naturaleza efectúe su trabajo con el tiempo”, explicó Larrache.
“Es fundamental intercambiar experiencias y generar acuerdos que permitan fortalecer la estrategia a seguir para la etapa que viene”, sostuvo Sabbatella.
Con la recuperación del río, ya hay proyectos para hacerlo navegable desde el kilómetro cero, las cuatro Bocas del Riachuelo, hasta el Transbordador Nicolás Avellaneda, por lo que se podría ir en barco desde el Tigre hacia Quilmes.
“Tiene que haber un cambio de conciencia, el Riachuelo tiene que dejar de ser el basurero de la ciudad, tenemos que volver a mirar al río. Después de recuperarlo, por supuesto que hay que pensar los usos turísticos, recreativos o de esparcimiento”, concluyó Larrache.