El expresidente Donald Trump volvió a declararse este jueves ante la justicia no culpable, esta vez de “conspiración” para alterar el resultado de las elecciones de 2020, insistió en la “persecución” en su contra por estar adelante en las encuestas para los comicios de 2024 y atribuyó al “corrupto” mandatario Joe Biden la responsabilidad de su derrotero judicial.
En una audiencia de apenas 27 minutos, después de responder las preguntas formales de la jueza Moxila Upadhyaya, Trump se declaró inocente con la clásica fórmula de “no culpable”.
En la sala del tribunal de Washington, a unos metros, estaba el fiscal Jack Smith, el gran acusador del exmandatario, que también lo investiga por documentos secretos que el magnate se llevó a su casa de Mar-a-Lago y por la ocupación del Capitolio del 6 de enero de 2021, una de las páginas más oscuras de la historia de Estados Unidos.
“Hoy es un día triste para Estados Unidos, hay una persecución en mi contra, una persecución llevada a cabo por un opositor político contra alguien que está adelante en las encuestas; no podemos permitir que esto suceda”, dijo Trump en un comunicado después de pasar por tercera vez en pocos meses por un tribunal.
Había llegado a la capital en un avión privado, que volvió a abordar inmediatamente después de terminada la audiencia.
La jueza fijó la próxima audiencia para el 28 de este mes y ordenó al expresidente no discutir su caso con nadie que pueda ser considerado testigo, además de cumplir con la ley federal y estatal y asistir a las audiencias que se establecerán en adelante.
La designación del día 28 complejiza el calendario electoral y las aspiraciones de Trump de volver a la Casa Blanca: el primer debate entre los candidatos republicanos es el 23 de este mes, y para dos días después, el 25, está prevista una audiencia por el caso de los papeles secretos en Mar-a-Lago.
La magistrada Upadhyaya le recordó a Trump la pena a la que se expone, que puede ser de cárcel.
En un texto de 45 páginas publicado el martes, el fiscal Smith lo acusó de socavar los cimientos de la democracia estadounidense al intentar alterar el conteo de votos en las presidenciales, una inculpación inédita y especialmente grave para un mandatario en ejercicio. La fiscalía afirmó que actuó con otras seis personas, a las que no citó.
A las denuncias de Trump de maniobras en su contra, la magistrada respondió en la audiencia de este jueves: “Puedo garantizarles a todos que habrá un proceso justo y un juicio justo”.
Tras esta vista preliminar, igualmente, el caso pasa a la jueza federal Tanya Chutkan.
El exjefe de la Casa Blanca había llegado a la sede del tribunal en un vehículo de su propiedad, acompañado por su abogada Alina Habba y sus asesores de campaña Susie Wiles, Chris La Civita, Jason Miller y Steven Cheung.
Horas antes, insistió en que la causa penal contra él es una maniobra orquestada por Biden, que busca la reelección, para frustrar su candidatura, y denunció una “instrumentalización de la ‘Justicia’ sin precedentes” en Estados Unidos.
“El deshonesto de Biden pidió a su fiscal general acusar al (¡lejos!) principal candidato republicano y expresidente de Estados Unidos -yo- de tantos cargos como puedan inventarse para que se vea forzado a gastar grandes cantidades de tiempo y dinero en defenderse”, escribió Trump en su red social Social Truth.
“Los demócratas no quieren competir contra mí; de lo contrario no estarían realizando esta instrumentalización de la ‘Justicia’ sin precedentes, pero pronto, en 2024, será nuestro turno”, añadió.
Con marcada ironía, en un mensaje en la red social Truth, dijo que necesitaba otra imputación judicial para quedarse con la victoria en 2024.
“Necesito otra acusación para ganar”, remarcó.
La acusación sobre su intento de maniobrar el resultado de las elecciones es, por ahora, la única de su periodo como jefe del Ejecutivo, porque los otros dos procesamientos dictados contra él este año, uno por fraude contable debido al pago de dinero a una actriz porno para comprar su silencio y otro por haber puesto en peligro la seguridad nacional con el manejo negligente de documentos confidenciales, corresponden a un momento anterior y otro posterior a su mandato.
Acusado en este caso de cuatro cargos penales, incluyendo conspiración para defraudar al Gobierno de Estados Unidos y conspiración para obstruir un procedimiento oficial, Trump, de 77 años, podría ser condenado a una larga pena de prisión en caso de ser hallado culpable.
La jueza que seguirá ahora con la causa, Chutkan, fue nominada por el expresidente Barack Obama -del cual Biden fue vicepresidente- y es conocida por haber impuesto duras condenas a decenas de participantes del asalto al Capitolio, más severas que las pedidas por los fiscales.
En noviembre de 2021, en otro caso relacionado con el ataque al Congreso, Chutkan rechazó un pedido de Trump, invocando privilegios como exjefe del Ejecutivo, de bloquear la entrega de documentos a la comisión legislativa que investigaba la insurrección de enero de 2021.
“Los presidentes no son reyes, y el demandante no es presidente”, escribió en la resolución.
A pesar de sus enredos judiciales, Trump conserva la lealtad de un amplio sector de su partido y aparece con ventaja en las encuestas para la nominación republicana, con mucha diferencia respecto a su rival más cercano, el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Fuera del juzgado de Washington a donde este jueves se presentó el magnate, algunos grupos celebraban su compleja situación legal con vallas coloridas, música a todo volumen y una marioneta inflable de una rata gigante.
Había en el lugar vendedores que ofrecían prendedores e imanes con la leyenda “‘Make America Humaine Again” (“Haz a Estados Unidos humana otra vez”), una variación del eslogan “Make America Great Again” (MAGA, “haz a Estados Unidos grande otra vez”) que usó en campaña el expresidente.