Un Protocolo brinda una hoja de ruta para investigar y litigar casos de violencia sexual

Foto Eugenia Neme Archivo
Foto: Eugenia Neme (Archivo).

La violencia sexual como expresión de la violencia de género, la ausencia del consentimiento que transforma el acto sexual en un situación violenta, los contextos de trata, narcotráfico, familiar y otros en que se comete el delito, la importancia de creerle a las víctimas, respetar sus tiempos de denuncia y acompañarlas en el proceso, y la necesaria reparación judicial, son algunos de los ejes de un innovador protocolo de investigación y litigio para estos casos que presentó este martes el Ministerio Público Fiscal (MPF).

El Protocolo de Investigación y Litigio de casos de Violencia Sexual fue elaborado por la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM) que contó con el apoyo de ONU Mujeres, que se conoció este martes durante un panel del que participaron profesionales del Poder Judicial.

“Es un trabajo coordinado y en colaboración con fiscales de todo el país, integrantes del MPF, médicos, personal de Gendarmería, profesionales del Equipo Argentino de Antropología Forense y ONU Mujeres para que tengamos mas eficacia en la prevención, investigación, litigio y sanción” de este delito, destacó durante la presentación del documento, Eduardo Casal, Procurador General interino de la Nación.

La titular del a UFEM Mariela Labozzetta definió el material como “una herramienta práctica para intervenir un sistema de justicia que es deficitario y anacrónico en algunos aspectos. Tiene una guía de investigación para que el caso sea sólido”.

Contextos en los que se da la violencia sexual

El Protocolo detalla las particularidades de la violencia sexual hacia mujeres, hacia niñas, niños y adolescentes, contra personas LGBTIQ+ y varones.

Tiene un capítulo especial que habla de los contextos en que se da la violencia sexual: intrafamiliar, relaciones de pareja, relaciones ocasionales, en estructuras jerárquicas de las fuerzas armadas y de seguridad, en espacios sanitarios, de encierro, en organizaciones criminales (trata de personas), en el marco del terrorismo de Estado, entre otros.

“Este detalle de los contextos es una de las potencialidades de este Protocolo. Por ejemplo, una víctima de trata con fines de explotación sexual tiene una esperanza de vida de 50 años, entonces para ellas es insostenible seguir un juicio que dura 10 años”, ejemplificó a su turno Alejandra Mángano, co-titular de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex).

Ésto, porque quienes participaron del panel coincidieron en que los tiempos judiciales, no coinciden con los de las víctimas.

Testimonio de las víctimas

Otro eje destacable que aporta el material de la UFEM es el testimonio de las víctimas: “Es el principal problema, la falta de credibilidad, cuando el relato de la víctima tiene que ser central, considerando el contexto de esa víctima, por eso este Protocolo está adaptado a las distintas situaciones”, resaltó Labozzetta.

Posicionamiento de Argentina en la región

En tanto, la oficial a cargo de la Dirección Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe Cecilia Alemany felicitó “el liderazgo del equipo de UFEM en la región, ya que no todos los países tienen esta visión tan clara para mejorar instrumentos y prácticas” en relación a la investigación judicial de la violencia sexual.

De hecho, Argentina es el segundo país de América Latina que tiene este instrumento, ya que el único antecedente es uno similar que se utiliza en Colombia.

“Espero que este Protocolo tenga un efecto derrame en otros países”, resaltó la funcionaria de ONU. 

Lista de Verificación

El material tiene una Lista de Verificación del proceso, una hoja de ruta detallada para ver paso a paso lo que debe hacerse desde el inicio del hecho, tanto en casos recientes, con lesiones; en el transcurso de la declaración de la víctima; sobre las medidas de prueba del agresor; en relación a la prueba documental, digital y testimonial, y las de contexto.

Esta Lista también fue valorada por Alemany y por Santiago Vismara, a cargo de las fiscalías en lo Criminal y Correccional N°2, e interinamente de la N°10 de la Ciudad de Buenos Aires.

“La Lista de Verificación es de lo mas destacado”, dijo el fiscal, que contó que consultó a sus equipos de trabajos y a colegas sobre los principales obstáculos que encuentran en las investigaciones y litigios de violencia sexual para comparar con los aportes del Protocolo.

“Este Protocolo nos brinda pautas para armar teorías del caso en base a las distintas modalidades y contextos de la violencia sexual, porque no todas las investigaciones sobre este delito son iguales”, señaló Vismara.

El cierre de la presentación estuvo a cargo de la filósofa feminista Diana Maffía, directora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires.

“La violación es un atentado a la autonomía, a la integridad física, psíquica y moral de las personas. Es una experiencia arrasadora para las víctimas, por eso muchas tardan años en hablar”, definió la profesional.

Entre otros conceptos que analizó, se detuvo en el consentimiento “que tiene que ser explícito, durante todo el tiempo y que, en algún momento del encuentro, puede caer”.

Y bregó por sensibilizar “a la Justicia, a la sociedad en el valor del testimonio, de la palabra de las mujeres que tienen que probar que no mienten”.

“Espero que este Protocolo se difunda y se utilice en todo el país, es una herramienta abierta a sugerencias”, explicó Labozzetta.


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