La dirigencia de Boca Juniors resolvió que el futbolista Sebastián Villa no jugará más en el club, luego de que este viernes fuera declarado culpable por el Juzgado Correccional 2 de Lomas de Zamora por “violencia de género” contra su expareja Daniela Cortés y condenado a dos años y un mes de prisión condicional.
Más allá de la apelación que pueda presentar la defensa del delantero, encabezada por el abogado Martín Apolo, Boca adoptó la decisión por “unanimidad” en su Comisión Directiva, que se reunió con carácter urgente tras divulgarse la sentencia de la jueza Claudia Dávalos.
El atacante, de 27 años, con contrato vigente hasta el 31 de diciembre de 2024, “no participará de las convocatorias de las competencias que deba afrontar el primer equipo profesional de fútbol masculino” al menos hasta que la resolución deje firme el fallo de primera instancia, determinó la entidad “xeneize”.
Boca recordó que “oportunamente hizo pública su postura de someter la cuestión a la Justicia en resguardo a las garantías constitucionales correspondientes y en espera al dictado de los pronunciamientos respectivos”.
Con esa decisión, el club cumple con el protocolo de actuación en razón de violencia de género, identidad de género u orientación sexual que fue creado por el Departamento de Inclusión e Igualdad en agosto de 2021, en la cual tuvo participación la actual vicepresidenta de la institución, Daniela Bravo.
Frente a este escenario, la dirigencia permitirá que el colombiano se entrene en las instalaciones y buscará una posible salida con una transferencia al exterior.
En principio, un club de Arabia Saudita tendría en su radar a Villa, aunque necesitaría “un permiso judicial” para trasladarse allí y presentarse en el consulado argentino cuando sea requerido por la Justicia.
“Villa es el mejor jugador del fútbol argentino”, declaró en forma reiterada el vicepresidente de Boca, Juan Román Riquelme, quien asumió, con la condena, que el tiempo del colombiano en el club llegó a su fin.
Desde aquella madrugada del 27 de abril del 2020, en que su pareja de ese momento, Daniela Cortés (la joven que lo denunció), la relación del futbolista y la dirigencia de Boca tuvo idas y vueltas. Por ende se pasó desde exclusiones momentáneas a tenerlo nuevamente en consideración por necesidades futbolísticas.
Después de ser apartado del plantel en la pandemia, por la denuncia que tenía en la Justicia, en septiembre de 2020 el Consejo de fútbol resolvió su retorno a los entrenamientos, medida que fue apoyada por su expareja en forma pública para no obstruir “el trabajo del jugador”.
El 29 de julio de 2021, en plena actividad y mientras la causa seguía, a días de jugarse un superclásico con River por los octavos de final de la Copa Argentina, el futbolista se reunió con los integrantes de la Secretaría de fútbol y pidió ser transferido, luego del ofrecimiento del Brujas de Bélgica. Pero ante la negativa dirigencial, el futbolista retiró sus cosas y manifestó sus deseos de no volver a entrenar.
La entidad europea hizo llegar una propuesta por 7 millones de dólares, más otros dos millones por objetivos a cumplir y un porcentaje de una futura venta. Pero la dirigencia pretendía -en ese momento- más dinero por el jugador, que tiene una cláusula de rescisión de 40 millones de unidades de la moneda estadounidense.
En medio de su acto de “rebeldía”, Villa partió rumbo a Colombia con motivo de una enfermedad de su madre, previo permiso de la Justicia. A su regreso al país, el delantero fue excluido del plantel y trabajó aparte durante un mes.
“Sebastián deberá ganarse otra vez la confianza de nosotros”, dijo el capitán de ese entonces, Carlos Izquierdoz, en la víspera de una derrota ante River por 2-1 en el Monumental.
Un mes después, el jugador pedía en forma pública disculpas a los hinchas a sus compañeros y a los dirigentes. Así era nuevamente tenido en cuenta, en este caso, por el entrenador Sebastián Battaglia.
La llegada del jugador a Boca
Villa fue adquirido por Boca al Deportivo Tolima, club al le compró el 70 por ciento de su pase en una suma cercana a los 3 millones de dólares, en junio de 2018, bajo la dirección técnica de Guillermo Barros Schelotto y durante la presidencia de Daniel Angelici.
En Boca, el colombiano jugó 172 partidos, convirtió 29 goles y salió campeón en 7 oportunidades: logró 2 torneos de ligas y 5 copas locales.
El fallo “sienta un precedente”, aseguró directora técnica de fútbol
El fútbol “sigue siendo un bastión del patriarcado y desarmarlo va a costar un montón”, manifestó Mónica Santino, jugadora y directora técnica de fútbol femenino sobre la condena a Sebastián Villa por haber ejercido violencia de género, y consideró que el fallo “sienta un precedente” que “ojalá sea una apertura a más cambios en los clubes”.
Santino explicó a Télam que “es una condena que puede sonar a poco, pero que se ajusta a la ley, y sienta un precedente porque (Boca) es uno de los clubes más importantes del país, sino el más importante, con todo lo que eso conlleva”.
La entrenadora, que actualmente trabaja en el Club La Nuestra de la Villa 31, sostuvo que “más allá de la carga de la pena, ojalá sea una apertura a que existan más cambios en los clubes, en las instituciones deportivas en general y en las federaciones, en todo lo que conocemos como el deporte organizado institucionalmente”.
Y añadió que “esto que pasó en Boca pasa en todos los clubes, Boca es una caja de resonancia porque es el club con mayor arrastre popular, pero esto no es una exclusividad de Boca, entonces creo que lo que hay que cambiar todavía es muchísimo”.
Consultada sobre el accionar de ese club de fútbol desde el comienzo del proceso judicial, señaló que “Boca, como institución, se comporta como todos los clubes, primero lo que va a cuidar son los intereses económicos, y si ese jugador es considerado clave en el armado futbolístico va a tener prioridad esa mirada”.
“No es el primer caso de violencia en el club, Boca tiene protocolo”, explicó Santino, aunque sostuvo que “muchas veces a las áreas de género las dejan sin poder de acción porque no son transversales las políticas del área de género a toda la institución”.
Y agregó que “la violencia de género expresada desde el machismo y el patriarcado sostiene privilegios dirigenciales que ayudan a sostener una forma de ejercer el poder en los clubes, y no hay ninguna intención de abandonar esos privilegios”.
En tanto, destacó la importancia del movimiento Ni Una Menos y del colectivo de mujeres que “empujó también algunos cambios en el ámbito deportivo”.
Entre esos cambios, se encuentra “la aparición de las áreas de género en los clubes y de protocolos para empezar a hablar cómo combatir la violencia”.
Santino también remarcó la necesidad de abordar las etapas formativas de los y las jugadoras desde una perspectiva de aplicación como la educación sexual integral (ESI) y a “abandonar” las formas de ejercicio de la masculinidad ancladas “al triunfo o más bien a quiénes serían triunfadores”.
De este modo, señaló que “el fútbol en particular sigue siendo un bastión del patriarcado y desarmarlo nos va a costar un montón”.
“Este 3 de junio (en referencia al 3J-Ni Una Menos) para las mujeres que habitamos los ámbitos deportivos nos tiene que encontrar más juntas y juntes que nunca, y debemos pensar las próximas instituciones desde esa óptica, ejerciendo el poder y sentándonos en los lugares donde se toman decisiones”.